ISABEL SAN SEBASTIÁN-ABV

  • Sánchez anda como pollo sin cabeza, desquiciado, desesperado, desvinculado de la calle, la verdad y la realidad

No es de extrañar que Sánchez ande últimamente como pollo sin cabeza, desquiciado, desesperado, desvinculado de la calle, la verdad y la realidad, aferrado al sucedáneo de esperanza que le proporcionan los masajes mediáticos de sus periodistas de cámara y a las invenciones demoscópicas cada vez más groseras de su fiel escudero, Tezanos. Después de la paliza antológica que le propinó Feijóo en el debate televisado que con tanto ahínco había exigido y del que salió en camilla, otro menos soberbio habría arrojado la toalla antes de buscarse un trabajo fuera de la política. Él, cuya desfachatez es inversamente proporcional a su respeto por los ciudadanos, optó por construir un relato alternativo de lo ocurrido, sin conexión alguna con lo que seis millones de espectadores tuvimos ocasión de ver en directo. Un relato según el cual no fue él quien interrumpió constantemente a su rival (exactamente el doble de veces), no fue él quien profirió mentiras tan burdas como la de negar el peaje de las autovías propuesto por su Gobierno a Bruselas y confirmado por el director general de Tráfico, Navarro, y no fue él quien embarró un cara a cara en el que exhibió formas propias de uno de esos tertulianos que, a falta de argumentos sólidos, gritan y quitan la palabra a quienes tratan de hilvanar un razonamiento. En esa realidad paralela repetida en bucle por sus pretorianos esas conductas caracterizaron la intervención de Feijóo. Lo acaecido en ese plató, sin embargo, fue tan nefasto para el socialista, que ‘alguien’ (presuntamente próximo al PSOE) tuvo que recurrir a una manipulación informática masiva para tratar de dar la vuelta al veredicto demoledor que arrojaban las votaciones celebradas entre los lectores de varios diarios digitales. Es difícil caer más bajo, aunque se puede. De hecho lo estamos viendo con la catarata de calumnias vertidas sobre el líder del PP en un intento patético de hacerle decir lo que no ha dicho sobre el voto por correo. Se les agota la munición…

Si la semana empezó para Sánchez con ese KO frente al candidato que va a echarlo de la Moncloa, su ya castigado ego sufrió otro golpe doloroso, éste por persona interpuesta, cuando en el debate de portavoces celebrado en RTVE Rufián le espetó a López eso de «les obligamos a sacar de la cárcel a nueve personas«, en referencia a los nueve sediciosos indultados por su jefe de filas. »Les obligamos«, un verbo cargado de connotaciones humillantes, que dejó mudo al socialista, incapaz de desmentir esa afirmación avalada por hechos incontrovertibles. ¿Cabe mayor humillación? Cabe, y se la propinó Arnaldo Otegi cuando expresó en voz alta una evidencia que resume y define lo que ha sido esta legislatura: »Sánchez depende de quienes nos queremos marchar del Estado«. Esa dependencia es, precisamente, la primera de las razones por las que va directo a la derrota.