Jorge Sáinz-Vozpópuli
- El PP busca su quinta mayoría absoluta con Rueda. El PSOE aspira a dar la Xunta al BNG. Jácome podría tener el escaño decisivo por Ourense. Vox y Sumar tienen pocas opciones
Hay dos certezas y un interrogante en las elecciones autonómicas del 18-F. en Galicia El PP va a ser el partido más votado con una amplia diferencia. Y el PSOE tiene todas las papeletas para sacar el peor resultado de su historia en esta comunidad.
Pero la gran duda que dirimen las urnas este domingo es si Alberto Núñez Feijóo, que ha hecho la campaña propia de un candidato, se quedará en una amarga victoria como la del 23 de julio o, por el contrario, conseguirá que su sucesor Alfonso Rueda mantenga la mayoría absoluta, que sería la quinta consecutiva del PP.
Más de 2,6 millones de gallegos están llamados a las urnas para elegir a los 75 diputados de su Parlamento. Una de las particularidades de Galicia es que casi el 18% de ese censo -477.157 gallegos- reside fuera de España, sobre todo en Argentina. La participación del voto exterior fue mínima en la cita de hace cuatro años (5.404 votos). Pero no son cifras para nada extrapolables. Las anteriores elecciones autonómicas de julio del 2020 se celebraron en plena pandemia de covid-19 en los principales países receptores de emigración gallega. Y este 18-F, además, no hay voto rogado.
Feijóo se la juega en Galicia
Galicia marca el inicio del nuevo ciclo político con las urnas vascas y las europeas en el horizonte de los próximos cuatro meses. Feijóo se juega el liderazgo del PP en su tierra. La victoria sin mayoría absoluta supondría un terremoto en Génova de consecuencias imprevisibles.
Y los trackings de la última semana de campaña anuncian que el resultado está en un pañuelo. Si el PP no suma los 38 diputados que marcan esa mayoría, habrá un Gobierno alternativo liderado por el BNG y sustentado por las muletas del PSOE y la indescriptible Democracia Ourensana de Gonzalo Pérez Jácome. Las encuestas coinciden en que Vox y Sumar seguirán fuera del Parlamento gallego, pero nada está decidido hasta que se cuenten las papeletas.
El PP ha torpedeado su propia campaña, que iba como la seda, en la recta final. El traspié de esas famosas “fuentes” sobre la amnistía y el indulto a Carles Puigdemont ha monopolizado el debate de los últimos días. Y ha tenido su impacto en los sondeos.
A pesar de ello, Rueda tiene en su mano conservar la mayoría absoluta. Para Feijóo es casi imprescindible hacerlo si quiere evitar que el ruido de sables vuelva a Génova coincidiendo con el segundo aniversario de la decapitación política de Pablo Casado. El líder del PP apostó con Rueda por el adelanto electoral a febrero porque veían el momento propicio y se ha implicado de lleno en la campaña, consciente del tirón que mantiene todavía en Galicia. Feijóo confía en que el resultado le acompañe.
El PSOE como muleta del BNG
El PSOE, por su parte, va camino de empeorar su ya malísimo resultado del 2020. Será la tercera fuerza política en el Parlamento gallego y es probable que baje de sus 14 diputados actuales. José Ramón Gómez Besteiro, apuesta personal de Pedro Sánchez, no ha seducido al electorado. Y ha dedicado la campaña –sobre todo en su parte final- a vender sus votos al BNG para expulsar al PP de la Xunta.
Ferraz considera que está ante la oportunidad de dar el “golpe de gracia” a Feijóo si hay suma alternativa. Pero si no lo consigue, incluso si lo hace, el PSOE consolidará en Galicia su tendencia hacia la irrelevancia autonómica y municipal que ya inició el 28 de mayo. Una irrelevancia que tapa con su nueva estrategia de apoyar gobiernos nacionalistas y separatistas en modo actor secundario, como ocurre en el País Vasco con el PNV; con EH Bildu, en Pamplona; y podría suceder con el BNG, en Galicia.
La formación nacionalista de Ana Pontón es la gran beneficiada del hundimiento socialista. El partido ha resurgido de sus cenizas. Y se ha consolidado como una alternativa de poder al PP en Galicia. Las encuestas sugieren que superará holgadamente los 20 escaños y tiene en su mano gobernar la Xunta por primera vez en su historia si no hay absoluta del PP. Sería la tercera comunidad de España liderada por un Ejecutivo nacionalista o separatista tras País Vasco y Cataluña.
Vox, Sumar y el escaño de Ourense
Las elecciones de este domingo tampoco se anuncian propicias para Vox y Sumar, que tienen casi imposible entrar al Parlamento. Yolanda Díaz dejó un pésimo recuerdo en su comunidad y se nota. Las opciones de Marta Lois son escasas, pero seguro que Díaz le busca alguna recolocación en el Gobierno de España para pasar el trago.
Con Vox pasa tres cuartos de lo mismo. Santiago Abascal ha tirado del carro de un candidato desconocido para todo el mundo, Álvaro Díaz-Mella. La formación ultraconservadora pelea por entrar al único Parlamento en el que no tiene representación. Los sondeos coinciden en que lo tiene complicado.
Y lo que es peor, se arriesga a cargar con el sambenito de culpable si su porcentaje de voto no le alcanza para entrar a la Cámara autonómica y el PP pierde la mayoría absoluta. Abascal adelantó la Asamblea Nacional de Vox para reforzar su liderazgo interno antes de la cita gallega y tras la salida del partido de algunos de sus principales referentes.
La única formación nueva con opciones de entrar al Parlamento autonómico es el partido del alcalde Ourense. Democracia Ourensana aspira a un diputado por su circunscripción. Y ese escaño puede dar a Jacome la llave de la gobernabilidad ante un hipotético, y nada imposible, empate en escaños entre el PP y el bloque BNG-PSOE.