ABC-LUIS VENTOSO

Vox es la nota de color, pero lo crucial es que ya hay números para relevar al PSOE

LA gran noticia de anoche es que por primera vez en 40 años las urnas permiten desalojar al PSOE de su poder perenne y omnímodo en Andalucía. El segundo titular es la irrupción de Vox, un voto protesta que de la nada emerge con 12 diputados (algo que solo la encuesta de ABC acertó a anticipar). Andalucía, probablemente la región con más potencialidades de España, un edén que podría ser el paraíso bíblico de la leche y la miel, ha dicho basta a un régimen clientelar que se traduce en ocho puntos más de paro que la media, en el segundo peor PIB per cápita del país y cifras penosas de fracaso escolar. Andalucía necesitaba un giro y por fin puede tenerlo. —Ahora se entiende por qué Sánchez no convoca elecciones. El PSOE infravaloró la inteligencia política de los españoles. Pensó que con los CIS de ciencia-ficción de Chef Tezanos, los selfies en el Falcon y las televisiones remando masivamente a su favor lograría anestesiar el sentido común del público. No ha sido así. El PSOE ha sido el gran damnificado de la noche. La floja Susana Díaz, de nula acción legislativa y sin ideas, ha perdido catorce escaños y está fuera del Palacio de San Telmo: la suma con Podemos o con Ciudadanos no le basta para sumar los 55 escaños de la mayoría. Sánchez evita las elecciones porque sabe que sus expectativas son tétricas, pues buena parte de los españoles jamás le perdonarán haber tomado el poder de mano de los separatistas

—Demasiadas humillaciones. Una enorme mayoría silenciosa de españoles está harta de ver cómo se humilla casi a diario a su país. Vivimos en un país donde tras una manifestación en Alsasua de demócratas contra verdugos, el ministro del Interior salió a dar la cara… ¡por los proterroristas! Gestos tan viles, y el entreguismo de Sánchez y el PSOE ante el nacionalismo, han ido enconando un gran enojo, que ha estallado en su expresión más visceral en el voto a Vox. Resultaba casi cómico ver a Susana Díaz clamando anoche contra «extrema derecha» de Vox cuando el jefe de su partido gobierna merced al voto de los golpistas catalanes y los proetarras de Bildu.

—El laberinto de bisagras Rivera. Su situación es kafkiana. Viene de gobernar cuatro años con el PSOE de Díaz, hasta que rompió llamándolo corrupto. Firmó un pacto de Gobierno con Sánchez, y hoy lo despelleja. Ganó en Cataluña, pero no hizo nada con la victoria; sin embargo ahora quiere presidir Andalucía quedando tercero. Solo una cosa está clara en el universo Rivera: si se pone estupendo y no facilita el desalojo de Díaz lo pagará carísimo en las generales.

—La suerte de Bonilla tiene nombre. Nadie daba un duro por él y puede ser el próximo presidente andaluz. Pero su suerte tiene un nombre. Casado, sin ser Bonilla su candidato soñado, se pateó toda Andalucía en estos comicios. Anoche hubo un suspiro de alivio entre el novel equipo de Génova.

—Un pronóstico: Casado será el siguiente presidente, en coalición con Ciudadanos. Europa ha girado al conservadurismo, porque la socialdemocracia necesita reinventarse, y España no será una excepción.