Foros para la izquierda abertzale

XABIER GURRUTXAGA, EL CORREO 31/05/2013

· Esta semana hemos conocido las recomendaciones que efectúa el llamado ‘Foro social para impulsar el proceso de paz’. No hay motivos para dudar de la buena fe de los organizadores ni razones para desconfiar de su voluntad firme de contribuir al cierre definitivo de la violencia etarra. Dicho esto, al analizar la docena de recomendaciones que efectúa este foro convendría contextualizarlas y reflexionar sobre la función que puede desempeñar esta iniciativa en el momento actual. Tiene su origen en la situación de impasse del llamado ‘proceso de paz’. Es decir, tras la constatación de que la estrategia prevista en la declaración de Aiete se ha visto fracasada en lo que respecta a los requerimientos a los gobiernos de España y Francia para que establecieran un diálogo con ETA.

Es preciso recordar que la cumbre y la declaración de Aiete fueron diseñadas para que la izquierda abertzale pudiera adherirse a la petición de cese definitivo y para que ETA anunciara su decisión de poner fin a la violencia a requerimiento de las personalidades internacionales. La izquierda abertzale al fin se convenció de que había llegado la hora del fin de la violencia y sintió la necesidad de manifestarlo, pero tenía el problema de que nunca se habían atrevido a pedírselo a ETA. La cumbre de Aiete, con todo el ritual de personalidades, sirvió eficazmente a esta necesidad interna, que la izquierda abertzale supo aprovechar con inteligencia, sacándole rendimiento político y electoral.

Una vez más se demostró que tan relevante como la decisión es cómo se viste la misma. Sirvió también a ETA para que pudiera colgar la decisión del fin de su actividad en la percha ofrecida por los expertos internacionales. Estos lógicamente sabían que el requerimiento iba a tener una respuesta afirmativa. En este caso estábamos ante una necesidad de ETA, pues también esta organización precisaba vestir su muñeco del ‘adiós a las armas’ de una forma decorosa. El hecho lamentable es que ETA ni la izquierda abertzale nunca sintieron la obligación de responder a las exigencias que durante más de tres décadas le había hecho la sociedad vasca. La declaración cumplió este papel de plataforma para que la izquierda abertzale aterrizara y se liberara del ‘tótem’ de la lucha armada, y sirvió para que ETA colgara su decisión en una percha que le permitía asentar cuando menos entre los suyos, la idea del desistimiento voluntario frente a la idea de la derrota.

Sin embargo, la llamada ‘hoja de ruta’ fracasó en el resto del planteamiento. El ‘foro social’ se produce en este contexto de agotamiento de la declaración de Aiete. Sus organizadores son conocedores de las equivocaciones en el planteamiento y de los errores en la estrategia desarrollada hasta ahora. Sin embargo, me temo que no son conscientes del verdadero obstáculo que dificulta avanzar en cuestiones importantes e impide poner en marcha un proceso de diálogo entre fuerzas políticas y también entre instituciones que les permita acordar un conjunto de salidas realistas y efectivas al mundo de los presos, que siendo medidas individuales puedan ser ofrecidas a todos ellos.

Esta cuestión que impide deshacer el nudo y avanzar es la resistencia tenaz a pronunciarse sobre la necesidad de la disolución de ETA. Para avanzar en el ámbito de las propuestas y las decisiones es imprescindible que la izquierda abertzale sienta la necesidad de solicitar a ETA que efectúe esa declaración. Como imprescindible es que esta organización entienda que la mejor contribución que puede ofrecer a los presos es que anuncie su fin. La izquierda abertzale tiene dificultades para efectuar a ETA este requerimiento, como las tuvo hasta la cumbre de Aiete para pedir el cese de la actividad armada. Al igual que entonces, probablemente, necesite de un foro para ello, que actúe de plataforma y cobertura. Pero no nos equivoquemos en el cometido.

XABIER GURRUTXAGA, EL CORREO 31/05/2013