JUAN CARLOS GIRAUTA-ABC
- La imagen del traidorcillo con el brazo incorrupto de la ETA. Ya no hay ETA, solo hay brazo, pero está fuerte y te puede estrangular
No estaba muy atento a lo que aquí acaecía en el pesado ínterin entre votaciones de investidura. Estoy centrado en el enfrentamiento global entre barbarie y civilización, entre carniceros y militares, entre muchedumbres serviles y sociedad, entre mentira oficial y libertad de expresión, entre sembradores de odio e hijos de la más alta cultura occidental, entre los que quieren España porque —dicen— fue suya y los que libran por nosotros la guerra contra el fundamentalismo islámico, entre una bien financiada horda de asesinos de bebés y el hogar nacional de los padres del cristianismo, entre la mierda y el espíritu. Entre Hamás, en fin, e Israel. Y quien dice Hamás dice Irán, como ya sabes, los que pagaban a Pablo Iglesias el chungo, vaya. Que la reacción gubernamental más deleznable fuera la española no podía sorprendernos, ahí está el traidorcillo presidiendo el Gobierno de la pobre España. Traidorcillo. No porque sus felonías sean pequeñas, que son enormes, sino porque él es pequeño. Alto y pequeño, muy pequeño, apenas nada. Daba por hecho que él iba a desentonar y que iban a estar con los terroristas desde el primer minuto, como un solo hombre, los miembros más toscos de la banda que sostiene al traidorcillo en lo alto de esa torre humana en precario equilibrio que, por convención, llamamos Gobierno.
Mientras todas estas cosas sucedían, tanto lo importante —el pogromo y la respuesta del mundo civilizado— como la previsible abyección del cochinero sanchista, vi pasar una foto. La imagen del traidorcillo con el brazo incorrupto de la ETA. Ya no hay ETA, solo hay brazo, pero está fuerte, musculado, es autónomo, y te puede estrangular. Ese brazo tiene una mano, y esa mano acoge las partes del traidorcillo. No precisa apretar apenas porque el dueño de las partes acogidas está entregado. Va a hacer lo que el brazo incorrupto desee, así que la mano puede abandonar los bajos y dar unas palmaditas afectuosas y paternalistas en la espalda del traidorcillo, y puede estrechar su mano. Sin ese brazo no hay investidura, pero el problema no va a venir de ahí. El apoyo del brazo ha sido el primero y es incondicional. Lo que significa que la relación entre el brazo incorrupto de la ETA y el partido de muchas de sus víctimas mantienen una alianza estructural, que las elecciones son pequeños baches que superan juntos: el traidorcillo y el brazo suelto, cogidos de la mano.
La foto que vi pasar no me sorprendió, reflejaba lo sabido. Ilustra o cuenta algo que solo ignoraban los felices desinteresados por su país. O sea, el hecho de que fuera la primera foto de Sánchez con el maldito brazo es pura anécdota, era de conocimiento público su estrecha coincidencia de intereses y, a poco que uno piense, también lo era el avance de su plan a largo plazo (aunque se va acortando). Por eso no pensé que la foto fuera a dar tanto de sí. Pero sí.