EL CORREO 13/12/14
· El veredicto, 28 años inferior a la petición fiscal, reserva las mayores penas a ‘Ata’, Garro y Bernadó por el robo de Vauvert
El Tribunal Especial de lo Criminal de París condenó ayer a penas que suman 82 años de prisión, 28 menos que la petición fiscal, a los siete presos de ETA que han sido juzgados durante cinco semanas en la capital gala principalmente por una serie de atracos cometidos en Francia entre 2005 y 2006. Los jueces impusieron a todos ellos la prohibición de residir en el país vecino a título definitivo cuando salgan de las cárceles francesas.
Goieaskoetxea sostuvo que «España no sería lo que es» si ETA no hubiera matado a Carrero Blanco
La mayor condena, de 20 años, recayó en el exjefe militar y logístico Mikel Karrera Sarobe ‘Ata’ considerado culpable de intervenir en el robo con toma de rehenes de 404 armas cometido en Vauvert en octubre de 20006, el último y más grave de la serie de cuatro atracos en doce meses examinados en el proceso. También declarados participantes en ese asalto, cometido en plena tregua de 2006, Zigor Garro Pérez ‘Tonino’ y Marina Bernadó Bonada ‘Dortoka’ recibieron 17 años cada uno.
En el caso de ambos esta pena se fusionará con las anteriores impuestas por el Tribunal Correccional de París por lo que deberán purgar un período máximo de 17 años. Los tres reos citados tendrán que pasar entre rejas al menos dos tercios de sus condenas antes de poder acogerse a cualquier beneficio penitenciario.
También habrá acumulación de las penas previas con los 12 años pronunciados contra Borja Gutiérrez Elordui ‘Bakerito’ y los 7 endosados a Iurgi Mendinueta Mintegi ‘Aitor’. Este último tendrá que cumplir los 8 años de la sentencia precedente. Por último, Ibon Goieaskoetxea Arronategi ‘Emil’ y Oihan Barandalla Goñi ‘Ogaitz’ fueron condenados a 5 y 4 años, respectivamente.
Antes de retirarse a deliberar a puerta cerrada durante nueve horas, el tribunal ofreció el último turno de palabra a los acusados, derecho que fue ejercido por Garro y Goieaskoetxea. Este último, en réplica a la fiscal, tildó de «ridículo e ignorante» sostener que ETA no ha aportado nada a la emancipación del País Vasco. «Ni España sería lo que es si ETA no hubiese decapitado el franquismo y su sucesión en la persona de Carrero Blanco y tampoco la Monarquía sería lo que es hoy», planteó. «Todos los gobiernos sucesivos posteriores a Franco, incluido el socialista de Felipe González, cayeron por su incapacidad de gestionar el conflicto del País Vasco», añadió.
El jefe del aparato militar de 2009 a 2010 enmarcó el final de la lucha armada en las posibilidades abiertas en Europa para defender las reivindicaciones soberanistas por medios democráticos. «La puesta en marcha de mecanismos democráticos como en Cataluña y Escocia no podrá más que enriquecer la democracia y las instituciones españolas y francesas», dijo antes de reiterar que el objetivo es un referéndum de autodeterminación «pero aún no estamos ahí». «En este momento la prioridad es resolver las causas del conflicto y tratar de abatir los obstáculos antidemocráticos», apostilló.
Goieaskoetxea también salió al paso de los reproches por no haber tenido ningún gesto de empatía hacia los rehenes, como la madre que rompió a llorar al recordar a su bebé en brazos encañonado en la sien. «No permanecemos evidentemente insensibles ante el sufrimiento de las personas que han testimoniado aquí. Todo lo contrario. Con más razón porque sabemos muy bien lo que significa ser llevados por encapuchados armados. Justamente por eso pensamos que no somos nadie para profundizar en ese dolor aquí», alegó.
El vídeo, un «acto político»
Sobre el vídeo con dos ‘verificadores’ del desarme proyectado en el juicio y calificado de «simulacro» por un mando antiterrorista, afirmó que fue un «acto político» así como un «gesto puro y franco de nuestra voluntad». Además se jactó de que supuso «un desafío a la policía» y «la afrenta de que ETA demostrara lo que somos capaces de hacer todavía». «Para ETA no representa nada el hecho de neutralizar las armas porque la historia muestra que el pueblo vasco siempre ha tenido capacidad de armarse», relativizó.
Tras valorar que «solo París y Madrid se mantienen en la postura de querer negar este momento histórico», lanzó un llamamiento a las autoridades francesas, «al Gobierno, al Ministerio del Interior y de la Justicia», para que exploren todas las vías posibles de resolución. «Pedimos un acto de coraje para tener perspectivas de futuro. Todo lo demás es seguir cavando un agujero enorme», dijo.