EL MUNDO EDITORIAL – 25/01/16
· El Diagnóstico claro y sensato del presidente de BBVA, Francisco González, sobre la crítica situación económica y política que vive España debería ayudar a reflexionar a los líderes de los dos grandes partidos ahora que se abre una nueva fase de negociaciones para tratar de formar Gobierno. No es habitual que un ejecutivo con su peso en el Ibex 35 y en el sector financiero europeo se pronuncie con tanta sinceridad sobre los retos que afronta España y los errores que han cometido en el pasado su clase política y empresarial.
Por tanto, sus advertencias no deben caer en saco roto ahora que, como el banquero apunta en una entrevista que publicamos hoy, «España está en un momento decisivo».
La situación económica global, marcada por la crisis China, el desplome del precio del petróleo y el endeudamiento aún excesivo de muchos países, no da margen para los experimentos. Como bien apunta González, 2016 va a ser «un año de transición» y necesitamos un Gobierno creíble que dé seguridad a los mercados para evitar una recaída en la crisis de la que tanto nos ha costado empezar a salir.
Por si a alguien le quedaba alguna duda sobre si la imagen de ingobernabilidad de nuestro Parlamento está teniendo repercusiones económicas, el presidente de BBVA no puede ser más claro al advertir que ya «empieza a haber una paralización progresiva de toma de decisiones en materia de inversiones» relativas a España. Es inaceptable que esto esté sucediendo ahora, cuando nuestro país está recuperando la confianza de los mercados que perdió en 2012 con unas consecuencias nefastas para la economía.
El impasse que se está produciendo en la inversión no tiene un efecto inmediato, pero sí repercutirá en la economía de forma negativa en el medio plazo. No se puede consentir que la situación económica se siga deteriorando sólo por la incapacidad de los dos grandes partidos de sentarse a hablar y tratar de alcanzar acuerdos.
Ante esta evidencia, González pone voz a lo que la mayor parte de la ciudadanía reclama al Parlamento que ha elegido en las urnas. «Es un momento para la gran política», afirma. «Vamos a ver la talla de los políticos que tenemos, porque el que juegue a corto plazo intentando defender posiciones personales pensando en su futuro inmediato, se equivoca», apostilla.
Efectivamente, como hemos venido reclamando desde estas páginas en las últimas semanas, es momento de pensar en el interés general de España. Es cierto que la aritmética parlamentaria es endiablada, pero en la Cámara hay tres grandes partidos que coinciden en los tres pilares básicos que respaldan la mayoría de los ciudadanos. González los resume en «la democracia real, la economía de mercado y la unidad de España». Un Gobierno basado en el entendimiento entre PP, PSOE y Ciudadanos es la única salida razonable a la encrucijada política actual.
Además, la unión de los tres partidos constitucionalistas representaría una oportunidad única para emprender las reformas políticas, sociales y económicas que España necesita para acometer un proceso de regeneración real.
Sorprende la franqueza con la que el presidente de BBVA aborda este asunto al reconocer que los líderes políticos y la clase empresarial del país han cometido errores que han favorecido un enquistamiento de la corrupción en España.
Empezando por el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, a quien González reconoce una «buena gestión económica», pero critica su «gran error» de «no explicar el problema de la corrupción». Sin poner en duda la honestidad de Rajoy, el directivo gallego señala que «hay prácticas que tenía que haber conocido y en todo caso explicar».
También se muestra muy crítico con el llamado capitalismo de amiguetes, al reconocer que «ha habido demasiada connivencia entre algunos empresarios y el poder político», si bien aclara que «más bien en Gobiernos anteriores que en el actual».
González tampoco se esconde al reconocer que será imposible que el Estado recupere los 22.000 millones de euros que tuvo que inyectar a Bankia.
Por último, es significativo que desde el Foro Económico Mundial de Davos, donde se ha hecho esta entrevista, y después de hablar con inversores y representantes de la economía global, González constate que el procés goce de falta de credibilidad fuera de España. «Es un problema local», explica el ejecutivo antes de añadir que «en Cataluña hay mucha emoción, pero en las últimas elecciones no ha habido mayoría de votos en favor de la independencia».
EL MUNDO EDITORIAL – 25/01/16