EL MUNDO 10/11/16
ARCADI ESPADA
DESDE la caída del comunismo Occidente ha vivido una época de previsibilidad que ayer acabó. 50 millones de habitantes de la nación más poderosa han dado su voto a un hombre que es un agravio. Un agravio a la razón, a la democracia, al progreso, a la cultura y a la convivencia. Cualquier miedo que la nación pudiera encarar, el de la ruina, el del inmigrante, el del terrorismo, es menor que el miedo que suscita Trump al frente. Cualquier frivolidad humana empalidece ante la actitud de esos miles y miles y miles de frívolos que habrán votado a Trump por las mismas razones que se tiran por las montañas rusas de Disneylandia. El 20 de enero el presidente más preparado, ecuánime y elegante que haya tenido América en muchas décadas cederá el mando a un aventurero bravucón, sin más preparación que su instinto, que ha hecho de la insensatez su programa. Cualquier Trump puede llegar a presidente: en eso ha quedado el sueño americano.