Gobierno vasco y Bildu coinciden en que es un retroceso

EL MUNDO 01/10/13

Arzuaga avisa de una respuesta popular y Eguiguren exige que Urkullu reaccione

Una pancarta junto a la sede de la organización de apoyo a los presos de ETA Herrira en Hernani (Guipúzcoa) homenajea a los «gudaris» vascos con motivo del reciente día en su recuerdo con el lema «agur eta ohore [Adiós y honor]». Los nuevos combatientes, para el entorno radical, se encuentran ahora en el interior de la oficina, detenidos por orden del juez Eloy Velasco, mientras la Guardia Civil procede al registro del local. Fue un visto y no visto que sorprendió a peatones y a los clientes del bar y del banco próximos.
A medida que se fue extendiendo la noticia, la llegada de simpatizantes abertzales a la acordonada plaza de Hernani fue constante. La jornada fue larga, con varios momentos de tensión. La Ertzaintza, que acudió a reforzar el perímetro tras el cordón policial establecido por la Guardia Civil para evitar incidentes, se convirtió en el objetivo de las iras de los asistentes, que recibieron a la Policía vasca al grito de «perros» y «cipayos» y con lemas como «PNV español», «el pueblo no perdonará» o «¿ésta es vuestra paz?».
Las largas horas del registro (se prolongó hasta bien entrada la noche) estuvieron acompañadas de una tensa calma, rota en diferentes ocasiones tras algún rifirrafe de los asistentes con la Ertzaintza, que fue aumentando sus efectivos en previsión de incidentes a medida que caía el día y se caldeaba el ambiente. El silencio amenazaba con convertirse en algarada al menor roce. Las decenas de concentrados, muchos de los cuales no se movieron de la plaza durante toda la operación policial, se vinieron arriba con la llegada del diputado general de Guipúzcoa, Martin Garitano (Bildu) para interesarse por los detenidos. En ese momento, los gritos que siempre acompañan a las movilizaciones abertzales se mezclaron con goras a los presos de ETA y demandas de excarcelación de los 18 detenidos dentro de una amplia operación que incluyó los registros de las sedes en Bilbao, Vitoria y Pamplona.
Garitano no habló en Hernani, aunque sí lo había hecho previamente en Vitoria antes de un acto institucional para denunciar el «escándalo antidemocrático» de las detenciones. «Cuando la sociedad vasca está dando pasos decisivos y definitivos hacia un escenario de paz y normalización política, las fuerzas más reaccionarias del Estado español nos pretenden arrastrar a un pasado oscuro», censuró.
Al tener conocimiento de los arrestos, la izquierda abertzale se movilizó para llevar la protesta a la calle con la presencia de varios de sus primeros espadas en las diferentes sedes de Herrira. La concentración en Vitoria contó con varios parlamentarios vascos de EH Bildu, con su portavoz, Laura Mintegi, a la cabeza. El número 2 de la coalición en la Cámara vasca, Julen Arzuaga, advirtió de que buscarán «una respuesta como pueblo».
En la valoración de los arrestos coincidió el Gobierno vasco, cuyo portavoz, Josu Erkoreka, aseguró que esta operación es «una mala noticia, un paso atrás» que «recuerda a tiempos ya superados del pasado». El EBB se sumó a esta reacción crítica de los nacionalistas al defender que se trata de un «preocupante retroceso en las expectativas de consolidar la paz en Euskadi».
Más crítico fue el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, que opinó que las detenciones son una «provocación» del Gobierno español y un «auténtico disparate jurídico y político», por lo que exigió al lehendakari Urkullu que «esté a la altura» y «tome cartas en el asunto».
>Vea hoyen EL MUNDO en Orbyt el análisis deJosean Izarra