Golpe mortal al PSOE

EL MUNDO – 02/06/16 – VICTORIA PREGO

· Si antes lo tenía difícil, ahora las cosas se le han puesto más cuesta arriba si cabe. Pedro Sánchez se acaba de quedar sin argumentos para lanzar a la cara del PP sus habituales acusaciones de corrupción, que han sido la base a la que se ha estado encaramando todos estos meses para apuntalar su negativa cerrada a permitir, por una vía o por otra, que el partido ganador de las elecciones pudiera gobernar.

Nada de lo ocurrido ayer permite pensar que el líder del PSOE vaya a cambiar de posición en el futuro, pero va a tener mucho más difícil el justificar públicamente ese empecinarse en no hablar con Mariano Rajoy, ni siquiera para intentar negociar un acuerdo de reformas necesarias si, como se prevé, el PP le gana por varios cuerpos el 26 de junio.

El procesamiento de Chaves y Griñán, además del de otros 24 altos cargos de la Junta de Andalucía, es un golpe mortal al Partido Socialista en un momento en el que esta formación intenta, sin mucho éxito por cierto, hacerse con un perfil identificable y sólido que le distinga de otros partidos presentes en la contienda electoral.

En pleno impacto por la noticia del encausamiento de dos de los presidentes del partido, vale de muy poco el pobrísimo argumento esgrimido ayer por un noqueado secretario general del PSOE: «Yo soy un político limpio».

Eso no basta, del mismo modo que no bastará demostrar que tanto Chaves como Griñán no se embolsaron personalmente ni un euro de los más de mil millones que fueron defraudados a las arcas públicas porque, como explica el juez en el caso de Griñán, para cometer un delito de malversación no se necesita el enriquecimiento personal del autor, sino su conocimiento y su pasividad ante el uso y abuso fraudulento por parte de terceros del dinero de todos.

Y en el caso de Pedro Sánchez no basta que él sea un político «limpio» porque de lo que se trata es de juzgar, no en los tribunales sino ante la opinión pública, cómo de «limpio» es y ha sido su partido. Y en este campo no tiene nada que enseñar y no tiene lección alguna que dar a nadie. Porque el fraude de los ERE se ha venido manteniendo durante más de 10 años en una tierra gobernada en exclusiva por el Partido Socialista desde el nacimiento de la democracia y el argumento de que esto fue cosa de «cuatro golfos», que ha sido la versión oficial del PSOE hasta ayer mismo, ha caído por tierra con el auto del juez Álvaro Martín.

Del mismo modo que no sirve el intento de exculpación de lo perpetrado bajo el pretexto de que, salvo unos pocos que se beneficiaron desmesuradamente de este mal uso de los fondos públicos, el resto de lo defraudado se repartió entre miles de beneficiarios, es decir, que era «dinero p’al pueblo». Porque lo que se buscó con ese mecanismo arbitrario y delictivo fue comprar la fidelidad al partido dadivoso de ese pueblo a base de regarlo con dinero irregular. El asunto no hay por dónde cogerlo y el PP se esforzará para que pese como un plomo en la campaña de los socialistas.

EL MUNDO – 02/06/16 – VICTORIA PREGO