Sin citarle en ningún momento, González criticó las gestiones para el diálogo que encabeza Zapatero, junto a los ex presidentes Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Trujillo (Panamá) a propuesta de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Las diferencias entre los dos líderes socialistas es abismal en los dos puntos más importantes de la diatriba política: el referéndum para revocar al presidente Nicolás Maduro y la libertad de los presos políticos.
«El referéndum revocatorio se tiene que respetar como está previsto en la Constitución Bolivariana y no alargar deliberadamente los plazos», enfatizó González a Circuito Éxitos de Unión Radio, punto en el que coincide plenamente con la oposición frente a Zapatero.
El mediador español, por el contrario, ha obviado la demanda de la Unidad Democrática, incluso en su discurso ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) no la mencionó ni una vez, lo que provocó la «preocupación» de Luis Almagro, su secretario general.
La semana pasada, el Consejo Nacional Electoral (CNE) impuso nuevos retrasos para forzar que el referéndum no se pueda celebrar este año, tal y como ordenó Maduro hace meses. La derrota chavista en este revocatorio dentro de 2016 provocaría unas elecciones presidenciales y un seguro cambio de gobierno, según todas las encuestas. La Unidad Democrática ha convocado para el 1 de septiembre una gran concentración, bautizada como la Toma de Caracas, para exigir el desbloqueo del revocatorio. Quince países de la OEA, incluidos Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Colombia y México, reclamaron la semana pasada a Maduro que lo habilite «sin demoras».
El segundo punto de fricción entre ambos líderes del PSOE son los presos políticos. «La Asamblea Nacional [de mayoría opositora] aprobó una Ley de Amnistía, por lo que hoy no debería haber ningún preso político en la cárcel. Hay que recordar que la Sala Constitucional del Supremo se conformó en diciembre con un parlamento saliente [tras perder las elecciones] y que está laminando las competencias de la nueva Asamblea», añadió González.
Zapatero, por su parte, ha insistido en la necesidad de que en la mesa del diálogo se discuta la puesta en marcha de la Comisión de la Verdad, el invento chavista para contrarrestar la amnistía, que sólo está conformada por dirigentes y seguidores de la revolución.
«Maduro, con su ratificación de sentencia contra Leopoldo, le da una patada al diálogo y confirma su manipulación con Zapatero», denunció Carlos Vecchio, mano derecha de López en Voluntad Popular. Y es que en la oposición todavía colea la visita que Zapatero realizó al prisionero político en la prisión militar de Ramo Verde, por sorpresa y tras el visto bueno de Maduro. Ni González ni el ex ministro Alberto Ruiz-Gallardón (ambos participan en su equipo de abogados defensores) ni ex presidentes latinoamericanos ni sus propios correligionarios han podido acceder a la cárcel.
«Si Maduro no quiere [revocatorio y libertad de presos] es que no quiere diálogo, quiere aparentar ante la comunidad internacional que la oposición no quiere dialogar. Y a mi juicio la oposición no debe dialogar con los presos políticos en las cárceles y con el boicot permanente al revocatorio», concluyó González.
Zapatero y González no son los únicos dirigentes españoles vinculados con Venezuela. Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, también visitó Caracas antes de las elecciones de junio y Gallardón lo ha hecho en diversas ocasiones. Monedero, Iglesias, Errejón, Bescansa y Alegre asesoraron a dirigentes chavistas o simplemente permanecieron en Caracas como activistas de la revolución, así como dirigentes de Bildu y de las CUP. Incluso el eurodiputado de Izquierda Unida Javier Couso ha viajado a Venezuela para defender fervientemente los postulados revolucionarios.
El único asesor que permanece en la actualidad es el gaditano Alfredo Serrano, hombre clave para la política económica del hijo de Chávez. El «Jesucristo español», como le denomina Nicolás Maduro, es cercano a Podemos y principal defensor de sus tesis en el subcontinente.