EL CORREO 21/02/14
· Natividad Rodríguez pide una «reflexión sincera» a quienes justificaron a la banda terrorista, durante el homenaje a Fernando Buesa y Jorge Díaz.
«El cese de ETA no ha implicado un parón en la Justicia. Se siguen celebrando juicios, existen entregas temporales, los procedimientos en marcha siguen adelante porque la impunidad hubiera sido un obstáculo para el Estado de Derecho», aseguró ayer el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska, en el acto de recuerdo y homenaje del líder socialista Fernando Buesa y su escolta, el ertzaina Jorge Díaz, asesinados por ETA el 22 de febrero de 2000. La conmemoración tuvo lugar en el Museo Artium de Vitoria y acudió una amplia representación de todos los partidos, incluido EH BIldu, y de la sociedad vasca.
Grande Marlaska tuvo palabras de cariño para las familias Buesa y Díez Elorza y citó a las víctimas presentes. Afirmó que el éxito del fin de la actividad de ETA es de toda la sociedad, pero también de las fuerzas de seguridad, los fiscales y los jueces. «Se ha vencido con la ley y con los valores democráticos». El magistrado apostó por investigar los más de 300 crímentes de ETA que no se han esclarecido y advirtió que «la impunidad será cero».
El juez hizo un recorrido, con inclusión de anécdotas, de la aplicación de la legalidad frente a la violencia terrorista y defendió el valor de las sentencias para fijar la memoria de los «hechos ocurridos. Es un buen archivo histórico. No hay nada que inventar para elaborar un relalato verdadero y muy poco parcial Hay fallos condenatorios pero también absolutorios. En una democracia solo se condena si hay pruebas y todo el mundo ha tenido derecho a una defensa». También recordó al sargento de la Ertzaintza, Joseba Goikoetxea, asesinado en 2003, «porque fue el primero que se dio cuenta que para derrotar a ETA había que vencer a su entorno. Posiblemente, por eso lo mataron».
Marlaska insistió en que las víctimas han sido las grandes olvidadas y la Justicia debe hacer también su ‘mea culpa’ por no haber comprendido el gran drama que se originaba detrás de cada atentado. También se refirió al proceso de resocialización de los presos etarras y dijo que la ley les exige tres normas: el reconocimiento del daño causado, la voluntad de repararlo y la petición de perdón. «Deben observarse si no queremos una sociedad patológica», advirtió.
A los «cómplices»
Por su parte, Natividad Rodríguez, viuda del dirigente socialista asesinado, pidió una reflexión «sincera» a «todos aquellos que apoyaron, justificaron o fueron cómplices» de la violencia, con el fin de que reconozcan «que se equivocaron» y «causaron un daño injusto e irreparable». La presidenta de la fundación también animó a las víctimas a «resistir en el papel» que les ha asignado la vida de «dar testimonio de lo ocurrido, para que el olvido sea imposible y se construya un relato verdadero».
Durante el homenaje también intervino la hija del dirigente socialista, Sara Buesa, quien hizo un alegato en favor de la tolerancia como base para la convivencia. «La intolerancia y la falta de aceptación del pluralismo han sido el germen del fanatismo asesino de ETA», cuya violencia tenía el objetivo de «imponer un proyecto político totalitario y excluyente», denunció, antes de lamentar que esa idea permanece «muy presente en algunos discursos de hoy en día». En ese sentido, recordó que superar las consecuencias de la violencia no será posible sin el respeto a los valores de «verdad, memoria y justicia».
«Necesitamos una memoria ética», también «vinculada a la Justicia, evitando un olvido que lleve a la impunidad», señaló Sara Buesa. No obstante, añadió que la Justicia también debe buscar la reinserción social de los presos, porque «todo ser humano que ha actuado mal, ha pagado por ello y ha manifestado su arrepentimiento y deseo de cambio merece una segunda oportunidad».
EL CORREO 21/02/14