Hablar por no callar

Del blog de Santiago González

“Hemos derrotado al virus y controlado la pandemia y doblegado la curva. Hay que salir a la calle, hay que recuperar la economía hay que disfrutar y ser conscientes de que el Estado está hoy mejor pertrechado para luchar contra el covid”. Han pasado tres meses desde que el doctor Fraude hizo este anuncio antes de irse de vacaciones y animar a la peña a hacer lo propio. Además hizo saber que su gestión de la pandemia había salvado 450.000 vidas. Si descontamos la tara de los 50.000 fallecidos que debíamos de llevar por entonces nos encontramos con 400.000 resucitados netos.

¿Por qué íbamos a creer que esta era la única verdad que había dicho en su vida el doctor Trampas? Ni habíamos derrotado al virus, ni habíamos controlado la pandemia, ni habíamos doblegado la curva. Las palabras no son para él la expresión de un compromiso, ni siquiera una vaga declaración de intenciones. Todo en Sánchez es un mero pourparler, un hablar por no callar, con unas incursiones en el lenguaje eufemístico  que propone a los medios de comunicación para adoctrinar al personal. Ayer explicó que va a poner en marcha el toque de queda, vía estado de alarma. Como él es de horizonte temporal largo, (tarde no es y prisa no tiene) piensa en un estado de alarma que llegue hasta mayo, aunque la Constitución (art.116.2) establece que se decretará por un período máximo de 15 días y que para prorrogarse requiere una autorización específica del Congreso de los Diputados.

Pero él no quiere toque de queda, ojo: “Creo que podemos ir acuñando todos una expresión más contemporánea que nada tiene que ver con el toque de queda. Es una restricción a la movilidad nocturna”. Más contemporánea, dice. Todo es cosa de que se ponga en manos de Iván Redondo para que le vaya trabajando los eufemismos y poder explicar lo de Francine Armengol como una súbita urgencia de movilidad por estar sedienta; los parados serán a partir de ahora oferentes de servicios. No se les ocurra decir que José Luis Ábalos es un tipo gordo, sino un varón de complexión alternativa y a cualquiera de los 23, incluido el primus inter pares podrá calificarlo como persona de capacidad intelectual no reglada.

Es ahora cuando va a empezar el calvario para Pablo Casado, después de la encarnizada moción de censura en la que también se reveló como un dirigente prochino y prefirió atacar, encarnizadamente, por cierto, a la contradicción de primer plano antes que a sus dos contradicciones principales, aunque los aplausos de Iglesias, sus elogios y supongo que el tono confianzudo, el tuteo, le obligaron a encabronarse un poco, aunque algo menos de lo que se había mostrado contra Abascal. A ver lo que me vota, ahora que el jefe ha dado un margen horario para que los restaurantes se especialicen en meriendas-cenas o en cenas tempranas. Uno está preparado psicológicamente para que este tío le copie un célebre discurso al presidente de ‘Bananas’: “A partir de ahora, el idioma oficial de San Marcos será el sueco. Todos los ciudadanos deberán cambiarse de ropa interior cada hora y media y llevarla por fuera para que podamos comprobarlo”. Viene la República y esto son bananas.