LUIS VENTOSO, ABC – 18/12/14
· Díganles la verdad, que no permitirán que nos destruyan.
En las musarañas, con un café de plástico, te dispersas en fábulas disparatadas. Por ejemplo: conscientes de que unos dirigentes fanáticos, que no aceptan diálogo alguno, quieren vulnerar la ley y destruir la nación más antigua de Europa, el Gobierno, la oposición y la Jefatura del Estado acuerdan defender su país sin fisura alguna, con un discurso único que recalcarán hasta que se lo sepa de memoria el último español, de Betanzos a Olot, pasando por Benalmádena.
Lo que deciden es, simplemente, decirles la verdad: nunca vamos a ceder, no permitiremos que de manera unilateral una pequeña parte rompa un todo que ha perdurado mil años, no fracturaremos nuestra legalidad para premiar a los sediciosos, no admitiremos consultas promovidas por quienes solo buscan destruirnos, jamás nos rendiremos, porque somos patriotas y creemos que nuestro país –solidario, democrático, tolerante y descentralizado– es un logro extraordinario. No nos avergonzamos de España, al revés. Celebramos formar parte de la nación con la segunda lengua más hablada del planeta, que fue el imperio más extenso que ha conocido la humanidad, que sin recursos naturales y con poca población se han convertido en una de las naciones ricas del mundo, un lugar que engancha a los visitantes, porque es grato y se vive bien. Un país moderno, que le ha dado la vuelta a una atroz guerra civil para crear un espacio de convivencia, que ha derrotado a ETA, que ha soportado con entereza admirable el peor golpe terrorista en Europa.
Díganles más: que Cataluña es tan nuestra como suya, que se están apropiando de ella como si fuese su cortijo, que están hablando en nombre de todos cuando son solo una parte, que es falso que el separatismo sea el sentimiento mayoritario, que al excluir a los catalanes que no son separatistas están siendo sectarios y xenófobos con la mayoría. Díganles que nos saturan, que basta ya de insultar a sus compatriotas, de mentir incluso cuando hay datos empíricos inapelables. Cuéntenles cómo es el mundo real, que no podrían pagar sus pensiones, ni colocar sus bonos-basura, ni hacer frente a su déficit, ni seguir vendiendo en el resto de España, su gran mercado, porque el divorcio para nada sería amistoso y traería oleadas de rencor.
Denles una lección elemental de derecho: las elecciones plebiscitarias no existen, por mucho que las bauticen así; el ser nacionalista y honorable no da derecho a robar impunemente; comprar con dinero público a los medios de comunicación se llama en cualquier país civilizado subvertir la democracia. Díganles, por último, que queremos y necesitamos a Cataluña, porque todos somos Cataluña. Pero que nunca nos someteremos al capricho arbitrario y regresivo de unos iluminados y defenderemos nuestro país con honor y sin ambages.
El café se acaba ante el telediario: la felonía de Sánchez y allegados, emboscados en una absurda tercera vía solo por ser originales; la parsimonia del Gobierno, donde ya empiezan los movimientos de quienes quieren ser sucesores antes de tiempo y reclutan palmeros; la abulia de los intelectuales, el desinterés de tantos ciudadanos adocenados por el circo de Berlusconi… Cada país recogerá lo que siembre.
LUIS VENTOSO, ABC – 18/12/14