Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
Aunque no acostumbro a darme importancia por ello, le aseguro que he tenido una idea billante. Voy a exigir (ya nadie pide nada y menos de buenas maneras, ahora se exige todo) que tengamos elecciones al menos cada seis meses. No me negará que producen cambios extraordinariamente benéficos en el ecosistema político. Los candidatos se muestran amables y cercanos, abandonan su natural deje altivo y distante, nos sonríen, saludan a los viejecitos, abrazan y dan palmadas a los niños. De repente, recuperan la memoria y nos vuelven a prometer que harán inmediatamente todas las cosas que nos prometieron en las pasadas elecciones y que se quedaron después en el olvido.
Fíjese en nuestro querido presidente. En los cuatro años de la legislatura transcurrida no ha sido capaz de construir una sola ‘solución habitacional’, ni siquiera para los vecinos del volcán de La Palma que se quedaron sin techo y continúan apilados en barracones, pero ahora promete decenas de miles de viviendas cada día, en un frenesí constructor que para sí hubieran deseado Alejandro Magno y Ramsés III juntos. Además de un buen precio y una enorme disponibilidad, la compra de viviendas tendrá aval sobre aval, pues si el PP ofrece ya allí donde gobierna un 15%, él, que a esto no hay quien le tosa, le añade un 20% más. A la parte situada más a la izquierda de la izquierda de su Gobierno no le gusta la idea, pero ¿quiénes son ellos para entorpecer el ansia constructora suscitada con la convocatoria electoral?
Hay muchas más promesas, todo un torrente inabarcable de ellas, pero lo que me resulta insuperable es lo de los viajes de los jóvenes. Tenemos el mayor porcentaje de paro juvenil de toda Europa y es intolerable. Pero, para compensar, van a disfrutar de las vacaciones más subvencionadas del Viejo Continente. Además, no se crea que será como las del Imserso, que solo ayuda a las vacaciones en España. Aquí, como la mayoría de los jóvenes se pasea por Europa, incluidas excursiones a la Turquía asiática, se subvencionarán todos los destinos. Hoy conoceremos los requisitos, si solo para estudiantes, solo para jóvenes que trabajen, solo para jóvenes necesitados o ayudas generales para todos y todas, pero póngase en lo mejor. Añada el resto de ayudas, ventajas, desgravaciones y buenos propósitos que nos anuncian y convendrá en que podemos dar por seguro que, a partir de las próximas elecciones, ataremos los perros con longanizas.
Solo me asalta una duda. Considerando que, por ejemplo en Bilbao, hay 8.000 perros más que bebés, ¿usted cree que habrá longanizas suficientes para atar a tanto perro? Tranquilo, ya prometerá la construcción de más carnicerías…