Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 26/10/12
A comienzos del pasado mes de julio, escribí en este hueco una carta abierta al ministro del interior para lamentar la destitución de Rogelio Alonso, fichado seis meses antes como asesor. En aquellas fechas ya estaba en marcha la operación para sustituir a la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundúa:
Total, que en seis meses apenas si se ha reunido un par de veces con su asesor Alonso y tengo para mí que le habría venido bien. Me extraña que un hombre de convicciones religiosas tenga menos aprecio que los laicos a una gran observación del Evangelio de San Mateo: “Nadie enciende una vela para esconderla debajo de un celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa”. Claro que eso es difícil cuando tiene enquistada en el Ministerio la zona de sombra, lo que los expertos en la lucha antiterrorista han calificado de “la célula Rubalcaba”, un irurko de guardias que le canta al oído la hoja de ruta. No sé qué será lo próximo, pero no me extrañaría que se produjeran novedades sorprendentes en el mundo de las víctimas.
Lean el comentario entero, si les parece: aún es más de actualidad que hace pocos meses. Aquí tenemos, en efecto, la cabeza de Maite Pagaza servida en la bandeja de los intereses de partido. Va a ser sustituida por Marimar Blanco, hermana del concejal popular de Ermua asesinado hace 15 años. Nada tengo contra la candidata Blanco, como contra ninguna otra víctima y tengo hacia ella y su familia un sentimiento de empatía y solidaridad desde que, desgraciadamente, tuve conocimiento de su existencia aquel 10 de julio de 1997.
Pero estamos hablando de un cargo y no entiendo la razón de que el Gobierno y muy principalmente el Ministerio del Interior, que tiene voz cualificada en el Patronato de la Fundación, haya renunciado a la excelencia al relevar a Maite Pagaza al frente de la misma, salvo, naturalmente, que quieran tener a alguien intelectualmente más próximo. Maite había demostrado en estos años su independencia de criterio frente al Gobierno de Zapatero, el nivel de su discurso, su capacidad de interlocución en la búsqueda de patrocinios económicos y complicidades intelectuales y su sentido del relato.
Todo eso va a cambiar ahora. Por supuesto, la independencia. Blanco defenderá, como ha hecho en los últimos meses, la posición de su partido. Se sacrifica por una opción que va a estar más apegada a las necesidades de su grupo parlamentario, puesto que, al parecer su partido hará correr la lista con el fin de que Marimar Blanco pueda alcanzar el escaño del que fue privada por los resultados electorales del domingo. Muy probablemente, el objetivo de sentar a Marimar en el Parlamento vasco trate de conjurar la interpretación que podría correr por redes sociales y tertulias. Echan a Maite Pagaza para dar un cargo a la hermana de Miguel Ángel Blanco, que se ha quedado sin escaño.
Sería una interpretación falsa de los hechos, como tantas que corren por la red. Como digo, esta era una operación que llevaba planificada muchos meses, otra genialidad de Interior, pero la solución que ha encontrado su partido no deja de ser otro disparate: parece que quien va a ceder su escaño a Marimar Blanco es el secretario general de los populares vascos y miembro de la Ejecutiva Nacional de su partido. Se supone que la presencia del secretario general en el Grupo Parlamentario tiene más interés político que la de una víctima, muy digna, del terrorismo. ¿O no?
He esperado hasta última hora, por si un cierto sentido de Estado en el Gobierno pudiera arreglar lo que me parecía un pequeño disparate. No ha sido posible. La Ley de Murphy se ha manifestado inexorable y la tostada ha caído inevitablemente por la parte de la margarina. Qué lástima.
Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 26/10/12