Heridas sin cicatrizar

FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO 29/01/13

· Cuatro años y medio han transcurrido desde que Antonio Basagoiti fuera elegido presidente del PP vasco para ocupar el lugar que había dejado por renuncia voluntaria María San Gil. Basagoiti fue el candidato de consenso de las diferentes familias representadas en el PP del que salió elegido con el apoyo del 82,3% de los votos de los delegados presentes en el congreso de julio de 2008.

A pesar de que la transición se hizo mediante un amplio acuerdo en las filas populares, la salida de San Gil causó unas heridas en el seno del PP vasco que, pese al paso del tiempo, no han terminado de cicatrizar. Este fin de semana se ha puesto de relieve en el acto de homenaje a Gregorio Ordóñez que aquellas heridas no sólo no habían curado, sino que se han reabierto por episodios relacionados con la lucha contra el terrorismo.

El PP fue ajeno a la legalización de las diferentes siglas de la izquierda abertzale, pero la vuelta a las instituciones de la antigua Batasuna se ha convertido en una bomba de relojería de efectos retardados para los populares vascos, reabriendo las viejas heridas. Han contribuido a ello algunos gestos y algunas declaraciones de determinados cargos públicos de este partido, como el alcalde de Vitoria o el presidente de los populares guipuzcoanos, condescendientes con la presencia de Bildu en las instituciones. No sirve de atenuante que esas palabras no hayan gustado ni en la dirección del PP vasco ni en la sede de la calle Génova, de Madrid.

Además de la legalización de Bildu o de Sortu, la excarcelación del etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga, por enfermedad grave, está también en la raíz del malestar de un sector del PP vasco, al igual que está en la desafección de un sector de las víctimas del terrorismo.

El cambio de María San Gil por Antonio Basagoiti supuso un cambio en la orientación política de los populares vascos. A María San Gil, al igual que antes a Carlos Iturgaiz o a Mayor Oreja, le tocó articular una política de resistencia frente al ataque directo del terrorismo contra sus compañeros de partido. Tuvieron que hacer frente a la estrategia adoptada por ETA en 1994, y secundada por HB y el resto de organizaciones del entorno de la banda, de asesinar a los cuadros del PP. No fue mérito menor haber logrado que el partido sobreviviera en medio de la persecución implacable de los asesinos.

A Basagoiti le tocó una etapa distinta. Un año después de su llegada a la presidencia del PP vasco ETA cometía sus últimos atentados y a medida que pasaba el tiempo sin presencia activa de la banda, el terrorismo fue perdiendo posiciones en la lista de preocupaciones de los ciudadanos y las tensiones provocadas en la vida pública por la omnipresencia etarra se relajaron. Basagoiti y su equipo trataron de abrir el partido, adaptarlo a la nueva situación superando la etapa de la resistencia, pero la apuesta por este cambio no se vio recompensada en las citas electorales. Y el último traspiés en las urnas abrió el grifo de los reproches internos.

El anuncio hecho por Antonio Basagoiti tras los últimos comicios autonómicos de que no se presentará a la reelección se convierte en una tentación poderosa para que los diferentes sectores del PP vasco comiencen a tomar posiciones para cuando se plantee el momento de la sucesión.

FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO 29/01/13