EL MUNDO – 16/07/16
· El presidente moviliza la reserva policial y militar y prolonga el estado de emergencia.
La primera medida de Hollande tras conocer la terrible noticia del atentado en Niza fue tragarse sus palabras. Minutos antes de las cuatro de la madrugada del viernes, el jefe del Estado francés anunciaba públicaba una nueva prolongación del estado de emergencia de otros tres meses. Un régimen excepcional, instaurado tras el 13-N y prolongado ya hasta en tres ocasiones que debía terminar el próximo 26 de julio. No será así, pues la Asamblea Nacional deberá votar de nuevo este martes su ampliación.
En esta ocasión, el texto establecerá la posibilidad de realizar registros administrativos sin la necesidad de una autorización judicial, una controvertida medida que había sido retirada de la última prolongación. De aprobarse, serían ya 11 los meses que Francia pasaría viviendo en una situación que la propia Constitución francesa concibe solo en «caso de peligro inminente resultado de graves alteraciones en el orden público o hechos que presenten por su naturaleza y gravedad el carácter de desastre público».
Horas antes del atentado, Hollande era entrevistado en la televisión pública francesa asegurando que «sí, la amenaza es igual de fuerte» pero entendía que la ley ofrece las herramientas necesarias para luchar contra el terrorismo. «Quiero decirle claramente a los franceses que no podemos prolongar el estado de emergencia eternamente. ¡No tendría sentido! Esto significaría que no somos ya una República con leyes que puedan aplicarse ante cualquier circunstancia», dijo exactamente.
Esta ley, y esa ha sido la parte más combatida por asociaciones y los que defienden que un uso exagerado de la medida supondría una banalización, permite además mantener bajo arresto domiciliario a personas que son consideradas un peligro para la sociedad, con el pero de que las justificaciones de las autoridades a veces no presentan pruebas. Desde noviembre, 70 personas permanecen retenidas en estas condiciones.
El Estado francés ha anunciado además otras medidas, principalmente un nuevo aumento del nivel de protección manteniendo la Operación Centinela, con 10.000 militares reservistas desplegados en todo el territorio, una cifra que iba a ser reducida tras la Eurocopa.
«Vamos a reforzar las acciones en Siria e Irak [contra el IS]», declaró también Hollande en la rueda de prensa. «Vamos a seguir golpeando a aquellos que atacan desde sus madrigueras». El presidente también había defendido esta medida en la última entrevista en la que informaba de que pondrían a disposición de los iraquíes consejeros militares franceses para asesorar en la lucha sobre el terreno, que la coalición internacional no lleva a cabo.
La región en la que se sitúa Niza, Provenza-Alpes-Costa Azul, es conocida como el feudo del Frente Nacional, que históricamente ha encontrado un buen nicho electoral. En las últimas elecciones regionales, celebradas el pasado mes de diciembre, Marion Maréchal-Le Pen, llegó a la segunda vuelta frente al candidato de Los Republicanos, Christian Estrosi. Finalmente Estrosi venció gracias a, como lo llaman en Francia, la famosa «barrera republicana» que animó a los votantes socialistas y otros a votar por él ante el miedo al partido de la ultraderecha.
«Todos estos actos han aportado agua al molino del Frente Nacional, cuya intención de voto se encuentra aún en un nivel muy elevado», explica Jerôme Fourquet, director del departamento de Opinión Pública en el Instituto Francés de Opinión Pública (Ifop), que señala un aumento en los sondeos de la preocupación en cuestiones de seguridad y terrorismo, frente a la economía o temas sociales.
Este atentado y su contexto (la nacionalidad del terrorista y el hecho en sí del atentado cuestionando de nuevo las medidas del Gobierno), refuerzan el discurso del FN, como se apresuraba a recordar Marine Le Pen en su página oficial. «La guerra contra la plaga del fundamentalismo islámico no ha hecho más que empezar. Urge ahora declararla pero nos comprometeremos a ella realmente llevando a cabo una serie de medidas que ya he detallado y sobre las que tendré la ocasión de volver, que buscan atacar la raíz del fenómeno», escribía. Se refiere a propuestas como el regreso a las fronteras nacionales, frenos a la política de «inmigración masiva» o «acogida ciega de migrantes», endurecimiento de las penas contra los yihadistas…
En el marco de una investigación parlamentaria sobre el aumento de los graves ataques islamófobos en este último año, el responsable de la Dirección General de Seguridad Interior, Patrick Calvar, se preguntaba recientemente si un «enfrentamiento entre la ultraderecha francesa y el mundo musulmán» era posible en las calles. Su respuesta ante la comisión: «Dos o tres atentados más y lo será».
EL MUNDO – 16/07/16