LIBERTAD DIGITAL 17/05/16
PABLO PLANAS
Junts pel Sí y la CUP han invitado a Arnaldo Otegi al Parlamento catalán. A la comisión de Acción Exterior, en concreto, que preside la convergente Marta Pascal. Los diputados de la CUP brindan con calimocho en honor de Puigdemont al tiempo que los de CDC y ERC, más contenidos, dedican la hora feliz en el bar de la cámara regional a agotar por patriotismo el excedente de ratafía.
El Parlament ha visto de todo en las últimas décadas. Estraperlistas, comisionistas, traficantes y muchos más delincuentes de toda clase y condición. Sus señorías autonómicas han rendido pleitesía a chorizos, longanizas y butifarras, así como grandes honores a crónicos de Münchhausen tan notables como Artur Mas o el mismo Puigdemont. Para que se entienda, el bar La Mafia del barrio chino es más aconsejable para los escolares que una visita guiada por el edificio de la Ciudadela que alberga la cámara, justo al lado de zoo de Barcelona.
Dado el nivel marcado por las últimas comparecencias del clan Pujol y las proclamas separatas de JxS y la CUP, no ha quedado más remedio que invitar a un sujeto como Arnaldo Otegi, alias El Gordo, Yo-no-he-sido y A-mí-qué-me-cuentas-Follonero, para superar el listón de la inmundicia que ha depuesto en las instalaciones parlamentarias de Barcelona.
En Cataluña, como en los peores tiempos del País Vasco, la política consiste en disimular y justificar el terrorismo, ya sea de ETA o de su filial Terra Lliure. Resulta elocuente que mientras que los afectados por la inmersión lingüística se tienen que ir a protestar a la Eurocámara, el individuo Otegi vaya a ser agasajado por los grupos parlamentarios de ERC, CDC, el Podemos catalán y la CUP en el Parlament.
Dado el escaso predicamento del separatismo en el País Vasco desde que ETA dejó de matar, se infiere que las nueces del árbol de Arzalluz se han recogido en Cataluña. De hecho, no es la primera vez que se reclama la presencia de Otegi en el Parlament. A finales de 2013, la comisión por el derecho a decidir propuso su presencia a instancias de ERC y la CUP. Otegi, desde la cárcel, declinó asistir en una «Carta al pueblo de Cataluña» aduciendo que, si bien la CUP y Esquerra habían pedido su presencia, Convergencia manifestaba sus reservas. Obstáculo superado. Los convergentes han evacuado sus timoratas reticencias y este miércoles, salvo imponderables de última hora, Otegi, «el hombre de paz», se aparecerá en carne y hueso en el Parlament, como la muerte en Hipercor, Vich o Sabadell, para recibir el homenaje del catalanismo. CDC, ERC, la CUP y los podemitas catalanes le arroparán en la fiesta de Halloween en primavera: truco lapa o bomba trampa.