EL MUNDO – 14/06/16
· Afirma que «no entiende» a la entidad y le exige «coraje» para criticar a la CUP.
Lo que hasta hace muy poco parecía imposible sucedió ayer: un dirigente de Convergència cargó con dureza contra la Asamblea Nacional Catalana (ANC), la entidad que organizó las manifestaciones multitudinarias de las últimas Diadas y a la que muchas veces se ha acusado precisamente de estar en la órbita de CDC. «Cada vez entiendo menos a la ANC», dijo ayer el cabeza de lista de ese partido en las elecciones del 26-J, Francesc Homs.
En realidad, la entidad está viviendo una tensión interna acorde con el momento de aturdimiento por el que atraviesa el independentismo desde que la CUP vetó los presupuestos de la Generalitat y provocó que el presidente catalán, Carles Puigdemont, anunciara una cuestión de confianza para tratar de salvar la legislatura.
La ANC reproduce el enfrentamiento soterrado entre Convergència y Esquerra –la gran mayoría de sus dirigentes pertenecen a esos partidos– por la hegemonía del independentismo. Y, en un gesto que la acerca a los republicanos y la aleja de los convergentes, su presidente, Jordi Sànchez, dijo ayer que la «hoja de ruta» con la que Junts pel Sí se presentó a las elecciones catalanas «ya no tiene recorrido».
Homs le respondió que no comparte esa reflexión y que lo que corresponde ahora es «rehacer la unidad». ¿Y quién tiene la culpa en su opinión de que esa unidad independentista se haya roto? La CUP, por supuesto; de hecho, el candidato de Convergència está centrando su campaña en atacar al partido antisistema, hasta ahora socio de Junts pel Sí en el Parlament.
«Una parte pequeña, la mitad de la CUP, ha fallado, y eso es lo que hay que resolver, y hacia allí tenemos que enviar los llamamientos», amonestó Homs a la ANC, después de pedirle «coraje» para denunciar la actitud de los antisistema.
La otra gran entidad del soberanismo civil, Òmnium Cultural, cuya cercanía a Convergència está menos en duda, sí defendió las mismas tesis que Homs. «Tenemos que trabajar por la unidad, la serenidad y los grandes consensos», dijo su presidente, Jordi Cuixart, en respuesta a su homólogo de la ANC.
El distanciamiento creciente entre Convergència y Esquerra está apareciendo en la campaña en relación a la propuesta de moda en el soberanismo: el RUI, siglas de referéndum unilateral de independencia. La idea de una consulta no pactada con Madrid seduce a ERC, pero no tanto a CDC, que subraya sus similitudes con la que ya se celebró el 9 de noviembre de 2014.
Ayer Homs insistió en ese argumento: «No se puede descartar ningún mecanismo, pero no sé si sirve como fuente de legitimación democrática». El candidato de Convergència recordó que, en la consulta que impulsó Artur Mas –y por el que están imputados él, el propio Homs y las ex conselleras Irene Rigau y Joana Ortega–, la participación se quedó muy por debajo del 50% porque los no independentistas no se sintieron concernidos.
«Cualquier paso o mecanismo debe ser visto como forma de legitimación por todas las partes. Si en el RUI participan los del no, fantástico», añadió.
En cambio, el cabeza de lista de ERC, Gabriel Rufián, dijo que «entiende y respeta» la propuesta de la ANC de un referéndum unilateral de independencia y que, incluso a él, personalmente, le «gusta mucho». En su opinión, «obligará a Podemos y a En Comú Podem a tener que decidir qué harán ante este escenario después de que vean que su propuesta de referéndum acordado desde el Estado no va a ningún sitio».
EL MUNDO – 14/06/16