El lehendakari aclaró ayer todas las dudas a aquellos sectores de su partido que piensan que su propuesta de consulta tiene un trasfondo electoral o recorrido limitado, y anunció que la estrategia política del PNV para los próximos años -habló de «una generación»- perseguirá la consecución del llamado «derecho a decidir» del pueblo vasco.
Lo hizo en un acto celebrado ayer en el Bizkaia Arena del Bilbao Exhibition Center de Baracaldo -más de 12.000 personas lo abarrotaron- para presentar el Think Gaur Euskadi 2020, el plan con el que la formación nacionalista pretende adecuar sus propuestas políticas a la evolución de la sociedad.
Y a fe que trataron de ser modernos. Entre banderolas, ikurriñas y música atronadora, los miles de nacionalistas presentes olvidaron edades y complejos para celebrar su ideología proyectada al año 2020. El acto, concebido evidentemente en clave interna, fue un mitin-fiesta que discurrió entre actuaciones musicales, bailes -incluyendo los contoneos de una escuela de samba que deleitó a los presentes- e intervenciones pretendidamente espontáneas de algunos miembros del público que no tenían más objetivo que el de despejar las dudas que se habían creado en torno al compromiso del partido con la hoja de ruta del lehendakari.
Ibarretxe no vinculó su apuesta por la autodeterminación a la posibilidad de que él mismo sea el candidato a lehendakari para las próximas elecciones autonómicas, al resultado de la votación de su consulta -el día 27- en el Parlamento vasco, o a la más que previsible impugnación del Gobierno ante el Constitucional si el plebiscito sale adelante en la Cámara autonómica. «El camino de decidir nuestro futuro no tiene vuelta atrás», es un proyecto «de calado» y «a largo plazo», y constituye «las bases políticas para una generación», zanjó.
No era la primera ocasión en que realizaba un anuncio de estas características, pero tanto el formato elegido para hacerlo como el respaldo explícito que le ofreció el presidente de su partido, Iñigo Urkullu, indica que el PNV no cejará en su empeño de buscar la autodeterminación durante los próximos años pese a la actitud de los gobiernos de turno y a los pronunciamientos judiciales.
«Las reglas del juego»
Eso no significa que los nacionalistas vayan a desarrollar una suerte de desobediencia civil o a intentar burlar las decisiones de los tribunales; este extremo lo dejó claro Iñigo Urkullu, cuando reiteró que su partido acatará y respetará «las reglas del juego». Pero sí constituye una clarificación del mensaje dirigida a aquellos miembros de su partido de perfil más moderado, que interpretan con resignación que la huida hacia delante de su partido responde a necesidades electorales -tras el varapalo que sufrió el PNV el pasado 9-M-, y que confían en privado en que las aguas vuelvan a su cauce tras las próximas autonómicas.
Pero nada de eso. Ibarretxe, aclamado por su militancia, que lo recibió y despidió en pie, advirtió de que su propuesta de consulta no debe verse «en términos electorales», e incluso añadió que habrá «muchas elecciones y tiempo para nombrar candidatos» durante el tiempo que resta para que el PNV consiga ejercer el «derecho a decidir».
Samba y ‘txalapartaris’
Se podía esperar un acto como el de ayer de partidos como Ezker Batua, más dada a lo alternativo. Pero no del PNV, una formación centenaria y sustentada en valores tradicionales. Sin embargo, fue precisamente esa escenificación la que buscaba la formación nacionalista, que quiso exhibir una imagen de modernidad y cercanía a la juventud, aún cuando la media de edad de los asistentes superaba de largo los 40. Tan sólo el «Gora Euskadi Askatuta» final de Iñigo Urkullu y las intervenciones del propio Urkullu y del ‘lehendakari’ recordaban que el de ayer era un mitin político, que se extendió durante casi tres horas y que concluyó con un concierto nocturno a cargo de El Mentón de Fogarty.
En medio se mezclaron las actuaciones musicales de un grupo de samba brasileña, de ‘digaridoos’ australianos y de ‘albokalaris’ y ‘txalapartaris’; espectaculares intervenciones de grupos de danza y coreografías al ritmo del ‘Thriller’ de Michael Jackson. Los organizadores echaron mano de la frescura de dos presentadores de la televisión autonómica para amenizar los prolegómenos del mitin y acercar los micrófonos a algunos asistentes. La primera parte estuvo dedicada a dar la palabra a personas ligadas a demandas sociales. Antonio, un joven sordo, transmitió sus demandas de ayuda para los discapacitados. Después, una mujer -cargo institucional del PNV- habló de la conciliación de la vida laboral y familiar para dar paso a el aventurero Josu Feijoo, quién aseguró que en unos meses se convertirá en astronauta, llevará la ikurriña en el casco junto a la bandera estadounidense, y exhibirá el «símbolo de Sabino Arana en la estratosfera».
EL MUNDO, 15/6/2008