Iglesias avisa de que romperá el ‘candado’ de la Constitución

EL MUNDO 16/11/14

· Elegido secretario general, su equipo copa toda la dirección
· «Podemos es resultado del fracaso del régimen, de sus oligarcas y de sus partidos»

Coronado por aclamación en su partido, Pablo Iglesias se presentó ayer ante toda España no ya como el recién nombrado secretario general de Podemos, sino como el candidato oficial del «cambio» a la Presidencia del Gobierno. El líder de la tercera fuerza política en intención de voto –cada vez más cerca del PP y el PSOE– aprovechó la solemnidad de la proclamación de su nuevo cargo para avanzar las líneas maestras de su programa para «ganar» las próximas elecciones y gobernar el país a partir de noviembre de 2015.

En este programa, hay un objetivo crucial: la apertura de un proceso constituyente para «abrir el candado» de la Carta Magna de 1978 y romper con un «régimen que se derrumba» y «un sistema corrupto». Iglesias pretende llevar el «derecho a decidir» a todos los ámbitos, especialmente la economía, y defiende que se pueda «discutir de todo y con todos». También del modelo territorial.

Ayer fue para Pablo Iglesias su día grande, uno de los momentos más importantes en sus escasos 10 meses de vida política. Las bases de Podemos lo eligieron secretario general de manera aplastante, con más del 88% de los votos, y lo que es más importante, le han entregado por completo y por una abrumadora mayoría la dirección de todos los órganos del partido, donde no se sentará ninguna de las voces críticas que estos meses atrás plantearon alternativas.
Iglesias podrá hacer y deshacer a su antojo, sin apenas distracciones internas, y concentrar todos los esfuerzos en su «asalto» a La Moncloa. El líder de Podemos tiene las manos libres para dirigir la estrategia política, el programa electoral o las posibles alianzas. Porque, visto el rotundo apoyo con el que cuenta, la aprobación de todas estas decisiones importantes por parte del conjunto de la militancia –algo que es obligatorio– parece un trámite circunstancial más que un obstáculo en el que desviar energías.

Así pues, el equipo de Iglesias, con Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre a la cabeza, copa totalmente los órganos decisivos de Podemos después de que ayer todos sus candidatos ganaran las elecciones internas al comité de dirección política –el llamado Consejo Ciudadano– y la Comisión de Garantías –el órgano donde se arbitran los posibles conflictos internos–.

Con la maquinaria del partido trabajando en una sola dirección, con el único objetivo de ganar y con la proyección hacia fuera, hacia los españoles, de ser un líder reconocible, fuerte y rotundamente respaldado por los suyos, Pablo Iglesias, ya solemne secretario general, pronunció ayer en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid su primer gran discurso de candidato.

Con la camisa blanca remangada –como en casi todas sus grandes ocasiones–, Iglesias presentó su programa político como la respuesta a los «grandes problemas» de «paro, desigualdad y endeudamiento», y a Podemos como «una escoba para barrer la sociedad» de «corrupción» y del «desastre» al que la «casta» está llevando al país.

«La corrupción no tiene que ver con manzanas podridas, sino con pagar impuestos y democratizar la economía»; «la corrupción es un régimen que permite que 14 personas tengan la misma riqueza que 14 millones», explicó.

Y ante esto, dijo, Podemos surge como la réplica. Es la creación, apuntó, «de los responsables de la desigualdad» y el «expolio». «No es un experimento político; es el resultado de algo mucho más triste. Es el resultado del fracaso del régimen, de sus oligarcas y de sus partidos. Podemos es una respuesta a todos esos viejos de corazón que decían que no se podía. Pues bien, la gente ha respondido que claro que podemos», recalcó.

Con este diagnóstico, la apuesta fundamental de Iglesias para romper con lo viejo y lo «corrupto» e instaurar el cambio de sistema es la redacción de una nueva Constitución donde recoger, sobre todo, el «derecho a decidir» de los ciudadanos, desde la economía al modelo territorial. «Discutamos de todo y con todos. ¡Un proceso constituyente para abrir el candado del 78, y que podamos discutir de todas las cosas!», reclamó entre aplausos.

Y, en este punto, mención expresa a Cataluña y a la crisis territorial. «Estoy harto de una concepción de España agresiva, que diga a los demás qué lengua tienen que hablar o de qué nación se tienen que sentir. Pienso que España es un país de países, es un país de naciones, y cuando se nos plantea qué es lo que habría que hacer, yo digo: derecho a decidir sobre todas las cosas». Y, con sorna, apostilló: «El PP habla de la legalidad para impedir que la gente vote. Claro, será que ellos cumplen mucho la legalidad… ¡Manda narices!».

También dedicó una parte sustancial de su discurso a hablar de economía: apostó por una reforma fiscal que «ataje el fraude y grave a las rentas más altas» y un nuevo modelo de desarrollo económico, «que nos saque de la dependencia del turismo y el ladrillo», con «nuevos sectores y nueva actividad» bajo «una fuerte intervención pública». «Aumentar la productividad», por ejemplo, con una «triple operación» de «trabajar menos horas para que se reparta el trabajo, trabajar diferente y cambiar las condiciones». Y, por supuesto, alusión expresa a la «reestructuración ordenada de la deuda» como la «respuesta más sensata a una situación de emergencia social».

«Éstas son nuestras propuestas económicas. ¿Quién tiene que tener miedo?», se preguntó. «Los que no pagan impuestos».

Y del miedo a Podemos, precisamente, alertó Iglesias a sus compañeros. «Los que dan miedo son los que defraudan, los grandes patrimonios… No que la gente vote y elija una cosa diferente», proclamó. «Van a decir que viene el lobo, van a decir que será terrible que venga un gobierno de Podemos». Y explicó lo que, a su juicio, está ocurriendo realmente: «No es que el miedo esté cambiando de bando, es que también la sonrisa está empezando a cambiar de bando». «Cuando insulten, griten, mientan, cuando difamen, sonreíd porque vamos a ganar».

En su gran día, Iglesias estuvo arropado por personalidades internacionales como el griego Alexis Tsipras –el líder de su partido espejo Syriza–, así como representantes de partidos de izquierdas europeos y latinoamericanos. Y, además, personalidades políticas españolas como José Antonio Pérez Tapias –ex candidato a secretario general del PSOE–, Joan Herrera –líder de ICV– y Ada Colau –de Guanyem –.

Y, como colofón, para rematar la coronación de Iglesias como secretario general, dos canciones: Cambia, toco cambia, de Mercedes Sosa, y L’ Estaca, de Lluis Llach, convertido ya casi en himno oficial de Podemos.

ASÍ ES LA NUEVA DIRECCIÓN
Ya por la tarde, Iglesias reunió por primera vez al recién constituido comité de dirección política de Podemos, compuesto por el momento por las 62 personas más votadas en las elecciones, donde hay un claro perfil procedente de la universidad, los movimientos sociales (las mareas verde, blanca…) y las organizaciones estudiantiles. Su trabajo, a partir de ahora, se dividirá en áreas.
Una de sus primeras medidas ha sido aprobar una Ejecutiva de 11 personas elegida a dedo por Iglesias para el trabajo del día a día, donde se mezcla el fuerte perfil político de los cinco fundadores con uno más complementario. En concreto, Errejón se encargará de la Secretaría Política, Monedero de la de Proceso Constituyente y Programa, Bescansa de la de Análisis Político y Social, y Alegre de la de Participación Interna. A ellos se suman Rafael Mayoral, Gemma Ubasart, Tania González, Auxiliadora Honorato, Àngela Ballester y Sergio Pascual.