VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 15/10/15
· Cuanto más se acerca la fecha de las generales más feas se le ponen las cosas al PP. De las sucedidas ayer, la más grave fue el anuncio de dimisión de la presidenta del PP vasco. Su salida de la primera fila de la acción política deja en primer plano y a la vista de todos la calamitosa situación de un partido que llegó a tener 19 escaños en el Parlamento de Vitoria en el año 2001 –ahora tiene 10– y que se enfrenta a un futuro nada prometedor porque ha perdido su ubicación política en la sociedad vasca.
Por eso pierde fuerza elección tras elección y la marcha de Quiroga–que evidencia un desencuentro inexplicable y una falta de coordinación con la dirección realmente escandalosa– hace aún más complicada la remontada en esa comunidad a dos meses raspados de los comicios generales.
Este es un contratiempo serio para la dirección del PP, al que hay que sumar sus paupérrimos resultados en las elecciones catalanas, lo cual lleva a poner sobre el tapete el estado real del partido del Gobierno en determinadas comunidades autónomas. Véase lo que le sucedió en Andalucía, donde en las últimas elecciones perdió nada menos que 17 de los 50 escaños que había obtenido en las anteriores elecciones. Y añádanse a esto las pésimas perspectivas que los sondeos apuntan en la comunidad valenciana.
El resultado de la visión del paisaje completo puede ser demoledor para todos aquellos que han estado convencidos durante estos últimos cuatro años de que la hazaña de sacar a España de la crisis y convertirla en el país que más crece ahora mismo de la Unión Europea sería más que suficiente para repetir la victoria electoral. Eso es ahora mismo más que dudoso. Y a esas dudas y a la desazón que crean en buena parte de la militancia y de los cuadros medios del partido se deben los choques más o menos ásperos a los que estamos asistiendo últimamente.
Aznar abrió el fuego disparando repetidamente a la cabeza y detrás de él un sinfín de voces y de susurros han ido acompañando cada vez con mayor intensidad la denuncia pública del presidente de honor del Partido Popular. Lo de Montoro no habría tenido tanto eco interno si el ministro no hubiera hurgado en una herida ya abierta hace mucho tiempo, pero lo cierto es que ha escocido mucho en el seno del partido.
Esto es un problema viejo. Que el partido se ha sentido, una vez más, maltratado y ninguneado por quienes componen el Gobierno lo saben hasta los leones de las Cortes. Y que el Gobierno, especialmente los ministros del área económica, reprocha al partido que no se haya deslomado explicando y vendiendo el trabajo y el éxito del Gobierno en su lucha contra la crisis lo saben todos los periodistas que trabajan en Madrid. De hecho, hay ministros que se han sentido tratados con auténtica deslealtad incluso por los presidentes autonómicos del PP, muchos de los cuales perdieron el poder en las últimas autonómicas y, con ello, su peso en el partido. Pero esas heridas han dejado también su huella.
En definitiva, esto es lo que se estaba incubando desde hace demasiado tiempo sin que nadie dentro del partido haya tomado las riendas de un problema que empieza a restallar cuando ya no hay tiempo para atemperarlo. A ver si al final Mariano Rajoy se va a tener que acordar de Felipe González cuando advertía a los suyos que también se puede morir de éxito.
VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 15/10/15