ENRIC GONZÁLEZ, EL MUNDO – 14/02/15
· Qué pena lo de Grecia. Qué espectáculo. No ya por los griegos, a quienes, a estas alturas o más bien bajuras, les da lo mismo el mariachi que el rap. La pena es por Europa. Por todos nosotros, ciudadanos de una entidad política disfuncional y en constante riesgo de colapso. Nos hemos acostumbrado y nos parece normal lo que ocurre, pero normal no es. Hemos acabado creyéndonos a los teóricos de salón que preconizan el fin de las soberanías, el soft power, la diplomacia metrosexual, la impotencia como ideal y el modelo europeo como paradigma de futuro, aunque comprobemos, día a día, que la cosa no funciona.
Una entidad soberana más o menos estructurada, como Estados Unidos, sobrevive aunque su presidente sea un cretino con desequilibrios emocionales (caso de George W. Bush) o un indeciso del peor modelo, de los que sólo adoptan una decisión cuando es errónea (caso de Barack Obama); la Unión Europea cuenta con unos dirigentes homologables con los del resto del mundo (hay cretinos, indecisos y Angela Merkel) y empieza a arrastrarse por la Historia, con crecientes bolsas de miseria, sobreviviendo a cuenta de un gran mercado único que, a su vez, sobrevive a costa de endeudarse más y más bajo la tutela de un banquero, Mario Draghi, el único que manda.
El desastre de Maastricht, la creación de una moneda igual para todos sin autoridad política ni autoridad fiscal (ambas cosas son lo mismo), ya no tiene remedio. Estamos pagándolo. Lo curioso es que permanezcamos indiferentes o, aún peor, que nos atraigan las viejas tonterías nacionalistas. España se enfrenta al año electoral más intenso y decisivo de su historia. ¿Cuáles son los asuntos a debate? La corrupción, cosa lógica en un país sin justicia digna de ese nombre en el que, muy probablemente, volverá a ganar el PP, un partido que se financia con mordidas como cualquier banda mafiosa. Y una larga serie de tonterías. En el capítulo de tonterías se incluyen Pedro Sánchez, la cerradura de la Federación Socialista Madrileña, Monedero, el procés y lo que quieran añadir ustedes.
Nadie habla de la deuda, impagable, que conducirá a un desastre de dimensiones colosales el día en que vuelva la inflación, se encarezca el dinero y no sea posible seguir pagando los intereses (ese día llegará, aunque ahora parezca imposible); nadie habla de reconstruir la Unión Europea y procurar algún tipo de futuro para las próximas generaciones. Eso sí, la prensa está muy entretenida con Tania Sánchez. Tenemos una prensa a la altura de nuestros políticos y nuestros banqueros.
ENRIC GONZÁLEZ, EL MUNDO – 14/02/15