Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 11/9/12
El alcalde de Vitoria se llama Javier Maroto y está afiliado al Partido Popular. No sé si es descendiente del general carlista Rafael Maroto y hago esta tonta cábala para tratar de encontrar alguna explicación por absurda que sea a los concetos enunciados por este hombre a lo largo y ancho de la entrevista aparecida en El Correo el domingo -¡dos páginas! Habría cabido más, pero se puso plantillas (con permiso de Groucho Marx).
Hace pocos días, Fernando Savater publicó una excelente tribuna en El País, en la que destaqué una frase: (los socialistas vascos) “ofrecen los mismos platos identitarios que los nacionalistas, aunque en raciones de menú infantil”. Se quedó corto. Según el alcalde de Vitoria, también lo hace el PP”. Aquí tienen la entrevista entera los muy viciosos. Reproduzco unos extractos, abundantes y muy cargados:
“Quiero defender con la misma fuerza en el Parlamento lo que estoy haciendo en Vitoria. Seré alcalde y solo alcalde, aunque a la vez podré tener un altavoz en el Parlamento. [será parlamentario y alcalde. ¿Alcalde y solo alcalde? Desde la Santísima Trinidad no se vio misterio igual. ¿El Padre es Dios? Etcétera]. Mi referente es Cuerda, que fue alcalde y parlamentario demostrando que así siempre gana la ciudad. Al margen de ideas políticas y sensibilidades, quiero llevar la voz de todos los ciudadanos que nos rebelamos ante el histórico ninguneo del Gobierno vasco con Vitoria. [Es notable que este vitoriano se sienta ninguneado por el Gobierno vasco en la ciudad en la que se asienta la capitalidad de la Comunidad Autónoma]. (…)
Eso (sus pactos con Bildu) es una manera de entender la sociedad en la que uno vive. A lo mejor esto no se entiende en Madrid, [En Madrid no entienden nada de lo nuestro es un mantra nacionalista que arranca desde la transición. Lo repite cuatro veces en la entrevista] pero es que yo soy vasco. Los políticos que no entiendan en este momento la necesidad de abrir puentes, que sólo se puede ser útil en la política hablando con otros, hablando entre diferentes, los que no entiendan esto, quizá no deberían estar en la política de hoy. Por eso me ha dado mucha pena que Gemma Zabaleta deje la política. Con ella llegué a acuerdos sensibles e importantes en temas sociales. [Ustedes mismos]. (…) La han echado y lo lamento. Gemma Zabaleta es una política que merecía la pena en el PSE y un ejemplo de lo que me gusta ver en otros partidos. Este tipo de políticos debe tener más protagonismo ahora que los ciudadanos están hasta el gorro de ver broncas. (…)
Los vitorianos sabemos que a Patxi López no le gusta Vitoria. No se le ha visto nunca en el campo del Alavés o del Baskonia. Quizá una vez. Como no va a ser lehendakari otra vez, se podrá ir a vivir a Portugalete. [No hay una definición más estricta de la cuestión identitaria. Si llegas a lehendakari deberás abandonar al equipo de fútbol de tu pueblo. ¡El lehenda no va a ver al alavés! Habrase visto]. Cuando le preguntamos si él consideraba que Vitoria era la capital de Euskadi, no se atrevió a decirlo porque se siente vizcaíno. En vez de decir ‘Vitoria es la capital de Euskadi’, sólo dijo ‘Vitoria es un capital para Euskadi’. Todos los vitorianos nos acordamos de aquella frase. [Con perdón, alcalde, la frase es una estupidez notable y Patxi López respondió con un elogio a Vitoria. Haber respondido a la pregunta en los estrictos términos en los que ustedes se la formularon habría sido una melonada casi tan extraordinaria como la pregunta. Eso es un hecho desde el 23 de mayo de 1980, fecha en la que así lo decidió el Parlamento vasco. ¿Usted considera que es el alcalde de Vitoria? Pues claro. Así lo quisieron los ciudadanos en unas elecciones municipales convocadas al amparo de la Ley de Bases de Régimen Local y otras disposiciones legales. ¿Usted considera que España es una Monarquía? ¿Qué si considero que Vitoria es la capital de Euskadi? Yo no tengo que considerar nada, oiga. Son los hechos. Y las leyes]. (…)
El País Vasco estaba politizado y ahora me encuentro a gente que ha votado al PNV, a los socialistas y, aunque no se lo crea, a Bildu, que me ha dicho: ‘A las siguientes elecciones te voto Javier, porque me gusta tu manera de hacer las cosas’. (…) Yo me corto el pelo en la misma peluquería desde hace diez años. La chica que me lava el pelo, el poco que tengo, que tiene dos pendientes y no sé qué, que es una chica muy joven y tal, me dijo cuando entré en el local: ‘Coño, Javier, si eres ahora el alcalde. Si lo hubiese sabido, te habría votado’. Y yo le pregunté: ‘¿Y a quién has votado?’ ‘Pues a Bildu’, me contestó. Hay que vivir en esta tierra y saber entenderla y quererla para ver que estas cosas pueden sucederte. [Van dos] Es atípico, pero pasa. Nuestro objetivo es tratar de desligarnos de un discurso que a lo mejor tiene demasiados años y presentarnos como una opción moderna y útil para la sociedad vasca. Muchos vitorianos y alaveses han entendido, sin votar nunca al PP, que ellos ganan con una posición fuerte del PP en el Parlamento vasco. Yo me pongo de los nervios cuando oigo algunos discursos antivascos. (…) Hay discursos antivascos en la política. Hay gente que habla mal de Euskadi y de Cataluña con saña. Y eso me parece nefasto. No comprenden nada, no entienden nada y, desde luego, no nos quieren nada. [Tres. En Madril nos odian] A mí eso también me agrede. Discursos que van en contra de nuestro fuero, de lo que somos, de nuestra identidad, del euskera… Eso es no entender que nuestra sociedad es absolutamente plural. Esto en Madrid suena a chino, [Y van cuatro] pero aquí, en la cena de Navidad, puedes tener a gente que simpatiza con todas las opciones políticas, y digo con todas. Eso es normal en muchas familias vascas y lo normal es mantener el entendimiento.[Alguna vez he descrito este fenómeno con otras palabras: «Euskadi es un átbol genealógico en el que algunas ramas dan asesinos y otras, víctimas». Woody Allen se refirió a algo parecido con una fábula: «El león y la gacela yacerán juntos. pero la gacela no tendrá un sueño muy profundo esa noche.] (…)
En el grupo de Bildu de Vitoria hay gente, concejales, con la que me he ido de potes. El portavoz de EA, Antxón Belakortu, es amiguete. Es un tío del que yo me he fiado y él de mí en política. Una cosa lleva a la otra. Hoy no estamos igual que hace dos años y esto hay que decirlo. Me molesta que haya gente en Madrid que lo ponga en duda. No lo entienden porque no quieren a Euskadi, porque no han pisado esta tierra o porque se han mirado el papel con el que van a la tertulia un minuto antes. Eso nos hace daño. Con la misma contundencia digo que a la izquierda abertzale le quedan pasos por dar muy importantes. Han estado metiendo la pata y cometiendo errores; y el asesinato y el terror no son errores cualquiera.[Es que ni siquiera parecen errores. Uno diría que los asesinatos se cometen siempre adrede] Tienen pendiente pedir perdón, arrepentirse. Eso arreglaría mucho las cosas.”
Urge que en el PP aclaren su proyecto. Los votantes potenciales que hayan leído esta soflama identitaria (nacionalista) de Javier Maroto, no sabrán a qué carta abstenerse si contraponen todo esto con el llamamiento al voto que hacía su presidente, Antonio Basagoiti en el mismo diario, ayer, lunes:
(Basagoiti) “ofreció ayer su partido como altavos de la mayoría silenciosa de vascos, que, en su opinión, pasa de la bronca de las identidades…”
Algo no casa aquí. Sin saber si es descendiente del general Maroto, el apellido le cuadra bien. Ayer veíamos cómo Eguiguren, pudiendo homenajear a Grant o Lincoln, eligió al general Lee. Es notable que el alcalde de Vitoria, pudiendo ser Espartero se quedó en Maroto. Ya sé que nadie es responsable de su apellido, cosas del vasquismo. Bueno, hay excepciones.
“En mi caso, el apellido es un accidente de nacimiento, pero usted, alcalde, usted se ha hecho a sí mismo” (Lee Marvin, poco más o menos, en ‘Los profesionales’)
Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 11/9/12