EL MUNDO 11/10/13
· El ‘president’ recibe a los promotores de la marcha, que le exigen «neutralidad»
El presidente de la Generalitat recibió ayer a los impulsores de la manifestación del 12 de octubre en Barcelona, que defienden la unidad de España. Tras la reunión, el portavoz de la plataforma Som Catalunya, somos España, José Domingo, explicó que había pedido a Artur Mas «respeto a la pluralidad» de la sociedad catalana.
El encuentro se fraguó con una celeridad inédita. El miércoles, en la sesión de control del Parlament, la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, pidió a Mas que recibiera a los impulsores de la marcha de mañana y les diera el mismo trato preferente que dio a los de la cadena humana independentista de la Diada.
El Govern recogió el guante inmediatamente. Pensaron que era una oportunidad inigualable de presentar a Mas como un líder respetuoso y tolerante, y de contraponerlo con la actitud cerrada y obtusa que, en opinión del nacionalismo catalán, mantiene Mariano Rajoy. Tanto es así que a la reunión de ayer no asistió sólo Mas, sino que también lo hizo la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega.
Domingo, que agradeció «el gesto» a Mas, se quejó de que las instituciones no «hacen visible» a una parte de la sociedad catalana. «Le hemos pedido una mayor neutralidad de las instituciones», dijo.
Explicó, por ejemplo, que muchos ciudadanos se dirigen a su asociación «cohibidos porque a la entrada de sus municipios han colgado grandes banderas independentistas, y eso hace que mucha gente no se sienta libre».
También reveló que Som Catalunya, somos España se ha reunido también con el líder del PSC, Pere Navarro. «Creo que se ha llevado una buena impresión. Él no va a venir a la manifestación, pero, como hizo con la Vía Catalana, da libertad a los socialistas para acudir», dijo Domingo, que es ex diputado de Ciutadans. En este sentido, afirmó que «se ha roto un tabú con la manifestación del 12-O, que hasta ahora tenía un cierto sesgo».
Sin embargo, no quiso entrar en discusiones sobre el «derecho a decidir», que son las que constantemente busca la Generalitat. Ayer, en la reunión, Mas volvió a abordar el asunto y el portavoz del Govern, Francesc Homs, explicó tras el encuentro que «los puntos de vista diferentes» que mantienen con los organizadores de la convocatoria –que tendrá lugar en la plaza Catalunya de Barcelona– «se tienen que poder dirimir dialogando». «El propósito de la Generalitat es que todo el mundo pueda votar», insistió.
Sin embargo, el tono de los debates parlamentarios que se produjeron ayer estuvo lejos de esa concordia de la que presumía Homs. Tras varios enganchones durante la jornada, todos los diputados del PP y de Ciutadans abandonaron el Hemiciclo tras un rifirrafe con la presidenta del Parlament. Núria de Gispert retiró la palabra a Jordi Cañas, portavoz de Ciutadans, por una cuestión formal, mientras éste respondía a las acusaciones de la CUP de que en la manifestación de mañana esos partidos van a ir de la mano de grupos ultras.
Aunque el Govern ha prohibido la marcha de partidos fascistas, las formaciones nacionalistas hicieron insinuaciones de ese tipo durante los dos días de debate. Cuando Cañas, ya sin el micro activado, contestó a la CUP que no aceptaba lecciones «de quienes se manifestaron junto al comando Barcelona», la presidenta estalló: «¡No tienen vergüenza por hacer lo que están haciendo!». El portavoz del PSC, Maurici Lucena, subrayó después que el episodio es síntoma de «la fractura social» que se está creando en Cataluña, de la que responsabilizó a Mas.
EL MUNDO 11/10/13