ABC 22/06/15 – HERMANN TERSTCH
· Si la impunidad de la izquierda se extiende como pretenden hasta al colocar bombas, el miedo puede ser pronto general.
El joven Alfonso Fernández Ortega es uno de tantos jóvenes españoles formados en el odio político, en el desprecio a la Transición y Reconciliación Nacional y en el espíritu de la revancha guerracivilista que un presidente de Gobierno convirtió en doctrina nada más darse la desgracia nacional de su acceso al poder en 2004. Hoy Alfon, así se le conoce, es el más famoso de todos.
Miles de españoles se han manifestado para apoyarle. Las redes sociales están llenas de mensajes que le jalean a él y amenazan a todo el que recuerde su delito, su trayectoria o su condena de 4 años. Alfon destacó pronto. Como menor de edad protagonizó un atraco con una violenta agresión sexual a cinco niñas. Y siguió acumulando antecedentes. Hasta que en la huelga de 2012 fue detenido cuando portaba una bomba casera, con metralla para causar heridos, según se desprende de la sentencia.
Si Alfon hubiera sido castigado por sus delitos juveniles, quizás hoy haría una vida normal. Pero el agresor sexual, ladrón y traficante de anfetaminas quedó siempre impune. Y aumentó su notoriedad como violento ultraizquierdista de una banda de «hooligans» del Rayo Vallecano. Su detención con la bomba le lanzó al estrellato de la comunidad antisistema. Ahora su ingreso en prisión ha movilizado a todo ese sustrato ultraizquierdista que ha crecido sin parar, alimentado por la crisis, las televisiones y el mensaje anticonstitucional omnipresente. Y a la cabeza se ha puesto el Ayuntamiento de Madrid, dirigido ya por gente muy parecida a Alfon.
Hubo quien pensó que no llegarían tan lejos. Por respeto a la legalidad. ¡Quiá! La ideología puede más. AhoraMadrid se ha unido a la campaña «Todos somos Alfon». Que siendo exactos significa: «Todos somos delincuentes multirreincidentes». El Ayuntamiento de Madrid apoya así a quienes lanzan lemas como «a por ellos como en Paracuellos» y el favorito de Alfon, que lo es también de Podemos: «el miedo cambia de bando». Si la impunidad de la izquierda se extiende como pretenden hasta al colocar bombas, el miedo puede ser pronto general.