JUAN CARLOS VILORIA-EL CORREO
- La petición de perdón para Griñán nada dice de gestiones para recuperar el dinero
Decía Séneca en defensa del perdón a los condenados que lo contrario de la clemencia es la crueldad. Y que la clemencia se decide libremente, no emite un juicio jurídico, sino que se pronuncia de acuerdo con la equidad y el bien. Séneca era cordobés, moralista y estoico. Nacido en la Bética según la tradición. Griñán nació en Madrid pero fue presidente de la Junta de Andalucía (antigua Bética). Ahora se unen los dos nombres en una operación de gran calado que ha logrado convertir la petición de compasión (indulto) para el condenado por malversación y prevaricación a seis años de prisión en un banderín de enganche de personalidades altruistas. En la firma del manifiesto están coincidiendo muchos socialistas del ‘Antiguo Testamento’ con ‘outsiders’ como Redondo Terreros, exministros o políticos de la derecha como Martín Villa, intelectuales democráticamente intachables como Fernando Savater, cineastas como José Luis Garci o juezas en activo de la cuota socialista en el CGPJ como Pilar Sepúlveda.
La concesión o no del indulto a quien el Tribunal Supremo señala como responsable de la trama diseñada por el Gobierno andaluz del PSOE en su conjunto, para repartir de forma clientelar casi 700 millones a lo largo de una década de forma arbitraria y al margen de todo control, se ha convertido en un asunto de formidable trascendencia política, electoral y judicial. Hay que reconocer el éxito de quien ha diseñado la operación al transformar un asunto que cuestiona seriamente la separación de poderes, la firmeza contra la corrupción, el reproche social a los políticos amorales, en una cuestión emocional y de piedad con un hombre mayor. En EE UU existe desde 1992 la llamada Ley de Compasión que permite excarcelar por razones de humanidad a condenados que no tengan delitos de sangre, pero el famoso Tony Marshall, exembajador condenado por estafa y fraude, tuvo que alegar insuficiencia cardiaca, párkinson, problemas de movilidad y sus 89 años para que el tribunal de Nueva York le dejara salir ocho semanas después de haber ingresado en prisión.
El manifiesto de los peticionarios de indulto para Griñán recuerda que ha cumplido 76 años, con una «conducta intachable», una trayectoria vital caracterizada por su lucha por la democracia, la igualdad, el Estado de bienestar y un profundo respeto a las instituciones del Estado. Nada se informa sobre su arrepentimiento o gestiones para intentar recuperar parte del dinero público desviado. Sánchez puede lograr convertir un acto de indudable interés político en un gesto de compasión arropado por una parte notable e influyente de la sociedad civil española. Chapó.