SANTIAGO GONZÁLEZ, EL MUNDO 05/04/13
· La Casa Real reaccionó a la imputación de la Infanta mostrándose en primera instancia «sorprendida» por el cambio de decisión del juez y «conforme» con la Fiscalía por oponerse a la imputación. Esto es bastante lógico y debería ser entendido hasta por Llamazares en su momento de gloria. Más extraño sería que la Casa del Rey se mostrara «conforme» con la decisión del juez y «sorprendida» por la oposición del fiscal. En todo caso, la reacción del Príncipe al declarar «esencial» la función de los jueces ha sido la adecuada, la del sometimiento a la ley.
El Gobierno se ha expresado como suele y en un asunto tan interno como éste de la relación entre los españoles y la Corona ha sido portavoz el ministro de Exteriores, que se ha manifestado no ya lógico, sino tautológico: la imputación «no beneficia a la Marca España». En los últimos meses, Margallo ha considerado que «el conflicto de Iberia no es bueno para la Marca España», «el revuelo mediático del caso Bárcenas es perjudicial para la Marca España» y las demostraciones soberanistas «en el Camp Nou perjudican la Marca España».
Lo del juez Castro es también lógico hasta cierto punto, en este caso un punto filipino, Diego Torres, que ha administrado este sumario modulando filtraciones. Quizá debió imputarla antes, los indicios no son de ahora, pero después de la tardanza debió proceder con algo más de arranque, porque ha escrito el auto pisando huevos. Una citación se hace por providencia, todo cabe en cinco líneas, incluida la firma del juez. Los 18 folios de este auto son la prueba de que Castro no acaba de creer lo que afirma, que todos somos iguales ante la ley y que una imputación es igual a otra.
Todo el mundo sabe lo que es ser imputado. No viene a cuento, en consecuencia, que el juez se tiente tanto la toga. Lo hizo en el auto del 5 de marzo de 2012, en el que rechazó la imputación de la Infanta que solicitaba Manos Limpias, aquel «sindicato ultraderechista» que ejerció la acción popular contra Garzón: «Nada más lejos del ámbito de la presente resolución que emitir un juicio de probabilidades…». Falso. Rechazar una imputación es un cálculo de probabilidad cero. Imputar es calcular que la probabilidad de culpa es mayor que cero y menor o igual que uno. El auto imputador es un exceso en sí mismo, lo que no es una ventaja para la Infanta. Hoy, para un juez español, es más fácil imputar, incluso procesar a la Infanta que darle la razón a un banco en un caso de impago hipotecario.
La Fiscalía ya ha anunciado que recurrirá. Es lógico, pero, por mucho que argumente, los arcángeles de la República denunciarán su actitud como pasteleo. Aun en este caso deberían comprenderlo. Si un fiscal general se mostró partidario de arrastrar la toga por el polvo del camino, ha de ser más llevadero para algunos de sus colegas arrastrarla por las alfombras isabelonas de palacio, que diría Umbral.
SANTIAGO GONZÁLEZ, EL MUNDO 05/04/13