Inspector de alcantarillas

SANTIAGO GONZÁLEZ, EL MUNDO 12/04/13

· La consejera de Fomento andaluza, Elena Cortés, es una mujer que sabe de qué habla cuando se trata de desahucios. No consta que desarrollara un activismo reseñable mientras era miembro de cuota de la Asamblea de Cajasur, aunque seguramente aprovechó para fijarse mucho y cantar y repetir a quien escucharla debe, cuanto a penas, cuanto a pobres, cuanto a escraches se refiere, como diría aproximadamente el poeta.

La señora Cortés es artífice de un decreto-ley por el que Andalucía volverá a recuperar, no sé si el esplendor de los Omeyas, pero sí volverá a ser referencia para el resto de la España progresista, que tratará de incorporar el espíritu del decreto andalusí al grave problema de los desahucios. Giménez Caballero, un poeta fascista, que además de ser el autor de la peregrina idea de casar a Pilar Primo de Rivera con Hitler, fue una de las raras muestras del surrealismo poético español (junto a Lorca y Alberti), dejó constancia de ello en Yo, inspector de alcantarillas.

Yo, inspector de viviendas vacías, reclama la Junta en un texto inextricable, muestra del barroco jurídico español de este tiempo para el futuro. La medida que le va a copiar el PSOE no es más que una actualización la ley aprobada por el Parlamento Andaluz el 18 de febrero de 2010, un déjà vu. Detrás de todo afán legislativo exagerado late el corazón de un animalito totalitario y a éste se le ve venir de lejos. Baste reparar en el articulado de los Títulos VI y VII que se añaden a la ley de 2010 citados en el párrafo anterior: De los instrumentos administrativos para evitar la existencia de viviendas deshabitadas y el Título VII, que es donde el llamémosle legislador se muestra en todo su poderío: Del ejercicio de la potestad de inspección y de la potestad sancionadora.

El mismo Griñán, inspector de alcantarillas, se negaba hace cuatro meses a ofrecer las 7.000 VPO vacías de la Junta de Andalucía para resolver el asunto y hace justamente dos meses abogaba por hacer crecer el sector de la construcción, ya que la población empleada en el mismo es «menor de lo que la lógica exige», y muy bien pudiera ser hoy (léase hace dos meses) «un nicho de empleo», especialmente para los parados de larga duración.

No sé a qué viene sacar pecho. Madrid les da dos años de moratoria en su medida de paralización de lanzamientos y ya ha aprobado un fondo social de vivienda para alquileres baratos. La consejera Cortés estimaba el miércoles en 119 las familias desahuciadas que podrían acogerse a la nueva ley. Su departamento la corregía al día siguiente y elevaba la cifra a 215. Es igual. Con las 7.000 viviendas vacías (adjudicadas, pero no ocupadas, en la neoparla de Griñán) de la Junta, tocarían a más de 32 viviendas por familia. Es que a su lado, el honesto Juan Lanzas parecería un homeless.

SANTIAGO GONZÁLEZ, EL MUNDO 12/04/13