ABC, 27/4/12
Sí que tendrán que colaborar con la justicia y pedir perdón para acogerse a beneficios penitenciarios como la concesión del tercer grado o la libertad condicional
El Ministerio del Interior no exigirá a los presos de ETA pedir perdón a sus víctimas ni colaborar con la Justicia para incorporarse al «Plan Integral de Reinserción» anunciado esta mañana, pero estas condiciones, que son requisitos contemplados en la legislación, se mantienen para acogerse a beneficios penitenciarios como la concesión del tercer grado o la libertad condicional, según han informado a ABC fuentes del Departamento que dirige Jorge Fernández Díaz.
Rebajando las condiciones para integrarse en el Plan de Reinserción, el Gobierno quiere impulsar la deserción de los presos de la banda, esto es, que rompan la disciplina férrea que hasta el momento impone la dirección de ETA. Una vez que se incorporaran al plan, podrían ser acercados al País Vasco, precisamente para que los sectores duros, comandados por los nuevos interlocutores de la organización criminal designados en las cárceles, no les manipulen ni les obliguen a mantener la disciplina. Pero no tendrán otros beneficios, como la progresión al tercer grado o permisos carcelarios. En cambio, serían sometidos a un proceso de formación didáctica para conocer la realidad actual del País Vasco, muy mayoritariamente contraria a la violencia. En estos cursos intervendrían expertos, antiguos etarras reinsertados e incluso víctimas si se prestaran a ello. A partir de entonces, si quisieran finalmente acogerse a la reinserción efectiva, se les comenzaría a exigir los requisitos legales que supone la reinserción, como la solicitud de perdón a las víctimas o la colaboración activa con la Justicia o las Fuerzas de Seguridad para debilitar a la banda terrorista.
Unos 400 presos habrían reclamado a la dirección de ETA algún gesto
Interior toma nota del dato aportado por los expertos antiterroristas, según el cual unos 400 presos habrían reclamado a la dirección de ETA algún gesto ante las exigencias del Gobierno, para desbloquear la situación actual, al comprobar que no ha habido avances tras el anuncio de «cese definitivo de la actividad armada», el pasado 20 de octubre, tal y como informó recientemente ABC. Estos presos se habrían pronunciado de esta forma en el transcurso del proceso interno para la designación de los citados interlocutores. Son presos de la denominada «mayoría silenciosa», esto es, que ni están en el núcleo «duro entre los duros», que quiere más atentados, ni en el que ha desertado ya y se encuentra acogido a la denominada «vía Nanclares».
El Ministerio del Interior no ha informado previamente de este anuncioni a las víctimas del terrorismo ni a los partidos políticos, aunque tenía información de que sería bien acogido entre la mayoría de estos últimos. Según las fuentes consultadas por ABC, tampoco se ha hablado al respecto con el comisionado designado por el lendakari, Patxi López, para gestionar el final de ETA. En cambio, si ha habido un diálogo muy fluido antes de tomar esta decisión, con el consejero del Interior del Gobierno vasco, Rodolfo Ares.
Sin embargo, ni ETA ni la «izquierda abertzale» ve con buenos ojos esta iniciativa del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Fuentes antiterroristas recuerdan que «a ETA le importa muy poco, por no decir nada, sus presos. Los quiere como moneda de cambio en una hipotética negociación, así que todo lo que sea beneficios para ellos de manera individualizada, a cambio de nada, no agrada a la organización terrorista». «Tradicionalmente -añaden- ETA siempre ha puesto a los presos en la última fase de una negociación. Ahora se ha visto forzada a situarlos en lugar prioritario por miedo a las deserciones masivas», apuntan los mismos medios.
ABC, 27/4/12