Jon Juaristi-ABC

  • ¿Por qué la izquierda en su totalidad se ha convertido en islamista?

La guerra de Israel contra Irán y sus socios terroristas en Oriente Medio ha enconado la división geopolítica entre los bloques respectivos de las democracias parlamentarias y los totalitarismos, pero también el antagonismo entre derechas e izquierdas en el seno del primero. Los casos de España y Francia son perfectamente claros y sin matices: la derecha defiende a Israel; la izquierda, a los enemigos de Israel. Y como es lógico, según la lógica criminal del materialismo dialéctico que se inventó Lenin, la izquierda en su conjunto, con el pretexto del antisionismo, se ha deslizado hacia el fanatismo antisemita. Pero, así y todo, el caso de España requiere una explicación particular.

Quienes han analizado el ascenso del antisemitismo en la izquierda francesa atribuyen la causa del mismo a tres factores: en primer lugar, al rechazo que siempre ha opuesto aquella a admitir el hecho de que nunca defendió a los judíos franceses en los ‘momentos antisemitas’. Al hacer suyo el relato de Hamás sobre la guerra de Gaza, la izquierda francesa se libera de la incómoda memoria de su pasividad durante el asunto Dreyfus y la Ocupación. En segundo, a la mala conciencia inducida por la izquierda ‘woke’, que acusa a la «Europa imperialista» de haber arrasado el Sur Global e invita a ver en los palestinos a los colonizados del presente. En tercero, a «la irrupción en el campo político institucional de una fuerte población musulmana de origen inmigrante» (Gilles Kepel), lo que explica que, en la campaña electoral de la izquierda durante las últimas legislativas francesas, haya tenido más presencia el tema de Gaza que las reivindicaciones sociales.

En España, un país prácticamente sin judíos –o con minorías judías imperceptibles– de 1492 a 1956, falta el primer factor y, aunque va cobrando importancia, tampoco el tercero parece tan determinante como en Francia. El segundo, sin embargo, lo es en mucha mayor medida, porque la izquierda española siempre ha sido estúpidamente sensible a la Leyenda Negra (que los separatismos catalán y vasco han impulsado desde su origen, como si nada hubieran tenido que ver vascos y catalanes con el Imperio español). Pero, sobre todo, el antisemitismo de la izquierda española procede de su herencia leninista, tanto en la extrema izquierda como en el PSOE, desde que Lenin sostuvo que la conquista del poder por los bolcheviques sólo sería posible con el apoyo de los nacionalismos irredentos. Este fue también el fundamento de la estrategia de los frentes populares en la Europa de entreguerras y en los movimientos anticoloniales. Hoy, desaparecidas las colonias y los irredentismos serios (el catalán y el vasco son mero chantajismo), la izquierda apuesta, en el plano global y en el nacional, por la alianza con el islam político. También en España.