El conseller de Interior, Jordi Jané, se defendió ayer de los ataques crecientes de la CUP, defendió las detenciones de cinco independentistas por quemar fotos del Rey y advirtió de que los Mossos d’Esquadra están para cumplir con el Código Penal, «guste o no».
Objetivo prioritario de la formación anticapitalista, que a lo largo de la semana ha pedido de forma constante su destitución, Jané vivió ayer su primer cuerpo a cuerpo con la CUP desde que se produjeran las detenciones. La diputada Mireia Vehí aprovechó la sesión del Parlament para cuestionarles sobre qué papel jugarán los Mossos cuando se convoque el referéndum: «¿Qué órdenes dará?». Jané volvió a defender el cumplimiento de la legalidad, aunque midió su respuesta para evitar nuevos temblores en la relación entre el Govern y la CUP. «Los Mossos siempre estarán al lado del pueblo de Cataluña, de sus instituciones y de la legalidad vigente en Cataluña». Un tono conciliador que contrastó con el usado a primera hora de la mañana. Tras una conferencia, acusó a la CUP de «mentir» por atribuir a una decisión política el informe sobre los detenidos por quemar fotos del Rey durante la Diada.
La tensión política siguió ayer además en aumento después de que trascendieran las imágenes de un centenar de jóvenes que el martes por la noche se concentraron frente al cuartel de la Guardia Civil de Manresa (Barcelona) para protestar por la detención de los independentistas.
Convocados por Arran –consideradas como las juventudes de la CUP–, varios encapuchados lanzaron pintura y huevos contra la sede del Instituto Armado. También quemaron fotos de Felipe VI, el delito por que el fueron detenidos sus compañeros. El Departamento de Interior activó un cordón de seguridad formado por agentes antidisturbios de los Mossos, alguno de los cuales recibió el impacto de alguna bola de pintura, según informa Efe.
Las imágenes de Manresa provocaron la denuncia de varios partidos políticos, además de miembros del Gobierno. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, publicó un mensaje de apoyo a la Guardia Civil en su perfil de Twitter: «La mayoría preferimos respetar a quemar e intimidar. Orgulloso de aquellos que defienden nuestra libertad y seguridad».
Más lejos fue el líder del PP catalán, Xavier García Albiol, quien sostuvo en los pasillos del Senado que protestas como la del martes responden a «acciones más propias de una kale borroka institucional». También aseguró que «se empieza lanzando bolas y pintura contra la fachada de la Guardia Civil y no se sabe cómo terminan estas cosas». También instó al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, a «reflexionar» sobre sus pactos con el partido antisistema, con el cual mantiene abiertas las negociaciones para poder aprobar los Presupuestos para el año 2017.
El mismo paralelismo con la violencia callejera en el País Vasco estableció el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, quien recordó la agresión sufrida por dos guardias civiles y sus parejas el pasado 15 de octubre en un bar de Alsasua (Navarra) por personas vinculadas a la izquierda abertzale. «Lo que hemos dicho en Alsasua, volvemos a decirlo en Manresa. La Guardia Civil tiene todo nuestro apoyo. Pensamos que es fundamental que siga defendiendo los derechos y las libertades de todos los españoles», dijo.
El diputado de Ciudadanos Toni Cantó tachó la protesta de propia de «fascistas» y recordó que la plataforma Societat Civil Catalana sufrió también el boicot «de esta gentuza» en la Universidad Autónoma de Barcelona.