ANTONIO BURGOS – ABC – 09/12/15
· Si todo lo que sabe Iglesias de política es lo mismo que demostró sobre Andalucía, vamos dados.
De lo que se entera uno en los debates… Son utilísimos. Yo, por ejemplo, me he enterado que Pablo Iglesias sabe hablar perfectamente inglés y está versadísimo en la historia más reciente de Andalucía. Habla un inglés perfecto. Un inglés de gran jefe indio, ¡jao!, en película con John Wayne de capitán del Séptimo de Caballería. Me imagino que cuando este hombre sea presidente del Gobierno del Reino de España, como quiere, llegará a las grandes reuniones del G-20 o del G-Lo-Que-Sea, y chamullará en su perfecto inglés: –¡Jaus Guater Guoch Cuper! Y le responderán: –Rostro pálido no atacar a indios navajos… Esa puede ser una de las respuestas. La otra puede ser que llegue, le vean cara de angustioso apretón y no lo dejen ni terminar: –Jaus Guater… Y le respondan: –¿Jaus Guater? Al fondo, a mano derecha, bajando la escalera…
Y para ligar faena y pasarme la muleta a la izquierda, a la Andalucía del Régimen de los ERE, les diré que este Jaus Guater de Pablo Iglesias me ha recordado cuando el Consejo Regulador del Jerez perdió el pleito frente a Coñac y alguien quiso ponerle «jeriñac» al brandy del Marco. El pitorreo fue general. Y Pemán se guaseó de la palabreja en memorable Tercera de ABC, donde decía que cuando dijeras en un bar que querías «jeriñac», el dependiente de la barra te diría: –Segunda puerta a la izquierda. ..Y Andalucía, al modo del «…y Sevilla» del poema de Manuel Machado. Si todo lo que sabe Iglesias de política es lo mismo que demostró sobre Andalucía, vamos dados.
En la manifestación de aquel 4 de diciembre de 1977 que citó, participé muy activamente, como tantos andaluces. Mi hijo, Fernando Burgos Herce, fue uno de los niños que al frente de la manifestación portaban la bandera histórica de Blas Infante, que su hija Luisa había guardado como una reliquia de su padre en «Villa Alegría», su casa de La Puebla del Río. Había banderas verdiblancas, sevillana del «despierta, que eres libre de tus cadenas» y pancartas que el tiempo ha borrado, al convertirse aquella ilusión colectiva por la autonomía, ay, en el Régimen de un solo partido hegemónico. ¡Pero de lo que se entera uno gracias a los asertos de Pablo Iglesia a sobaco sudado, con su indumentaria de comboy de espagueti güester rodado en Almería! Resulta que todos los andaluces que nos echamos a la calle aquel 4-D de 1977 pedíamos «decidir si Andalucía quería seguir en España». Y lo peor es que ningún otro candidato se lo desmintió. ¡La idea que tienen de Andalucía los Tres Tenores y la Sorayita!
¿No habrá confundido Iglesias la manifestación del 4-D con la Marcha Verde y la bandera de Andalucía con la polisaria del Sahara? O a lo mejor los confundidos éramos aquellos cientos de miles de andaluces, empezando por el pobre de José Manuel Caparrós, al que le pegaron un tiro en Málaga y lo mataron. ¿Mira que si estábamos pidiendo la autodeterminación ante la ONU y nosotros sin saberlo? Pudiera ocurrir. Ahora los que tienen siempre la razón son los llamados «partidos emergentes».
Que me suenan a productos de limpieza. ¿Son partidos emergentes o partidos detergentes, para darle un flete bueno al bipartidismo? ¡Cualquiera le tose a los partidos emergentes sin que te llamen facha! No seré yo el andaluz que desmienta a tan docto sabio de nuestra Historia cual Iglesias. Nada, nada, el 4 de diciembre había unos fachas que pedían la autodeterminación de Andalucía, pero nosotros, en la manifestación, ejercimos nuestro derecho a decidir seguir en España. Precisamente para que ahora pudiera venir a salvarnos este Inglesas que anda que como todo lo que sepa de España sea igual que lo que conoce de Andalucía…
ANTONIO BURGOS – ABC – 09/12/15