EL MUNDO – 13/03/15
· La entrevista frustrada en la cárcel entre Jonan Fernández –secretario de Paz y Convivencia del Gobierno vasco– y Rafael Díez Usabiaga –ex líder de LAB y destacado dirigente de la izquierda abertzale– tenía un alto contenido político.
· De hecho, los documentos que estaban mostrándose durante el encuentro en el centro penitenciario del Dueso versaban sobre los movimientos en política penitenciaria que el Ejecutivo autónomo vasco trata de llevar a cabo.
Según fuentes cercanas a los asistentes, lo que se deduce es que Fernández trataba de lograr el visto bueno del dirigente de la izquierda abertzale a la hoja de ruta del Gobierno de Iñigo Urkullu en materia penitenciaria. Un plan que pasa por hacer bandera de la flexibilización de la política carcelaria con los presos de la organización terrorista ETA.
Su apuesta por el acercamiento de los terroristas, como primer paso hacia una progresiva excarcelación de todos los etarras, es clara. Desde hace semanas, Fernández está en la dinámica de contactar con presos destacados de ETA para informarles de la política del Gobierno vasco y tratar de buscar su apoyo.
En esas estaban el miércoles Díez Usabiaga y Jonan Fernández cuando un funcionario de Prisiones, al percatarse de que estaban mostrándose papeles de contenido político, les advirtió de que el reglamento impide este tipo de comunicaciones.
Pero Usabiaga y Fernández no estaban dispuestos a que su comunicación extraoficial fuera interrumpida. De nuevo, el dirigente abertzale volvió a mostrarle otro documento por el cristal. Fernández tomaba notas cuando el funcionario volvió a interrumpir y, tras consultar con el director de la cárcel, dio por finalizada la entrevista, apenas media hora después de su inicio.
La legislación autoriza a intervenir las comunicaciones a los presos por delitos de terrorismo, como es el caso de Díez Usabiaga, quien está condenado a seis años de prisión por el Tribunal Supremo por participar en un proyecto político para sustituir a la ilegalizada Herri Batasuna. Y esa situación la conocen quienes acuden a visitar a los presos de ETA y también los propios condenados.
La reunión se produjo el miércoles a las 10.00 horas. Jonan Fernández había acudido, como demuestra la documentación a la que ha tenido acceso EL MUNDO, «como amigo» –ver documento que ilustra esta página–. En la solicitud de entrevista, en contra de lo que ha señalado el propio Fernández y el Gobierno vasco, no consta que acudiera en representación del Ejecutivo de Vitoria. Es más, acudía a petición del interno. Sólo si un preso pide una visita, ésta se puede conceder.
El Ministerio del Interior ha informado del incidente al juez de vigilancia penitenciaria. Si Fernández hubiera solicitado entrevistarse con un preso de ETA, como es el caso, la administración penitenciaria hubiera tenido potestad para darle luz verde o roja a ese encuentro. Por la vía de la «amistad» solicitada por el preso, Instituciones Penitenciarias no puede denegar el permiso para la visita.
EL MUNDO – 13/03/15