Tonia Etxarri-El Correo

Las quinielas fallaron. Bildu, contra todo pronóstico, no ha elegido a una mujer como candidata a lehendakari. Ha apostado por la renovación generacional, sí. Porque Pello Otxandiano es joven. 40 años. Pero la bandera del feminismo exhibida por una mujer candidata se ha quedado postergada para la declaración de intenciones. Bildu, que aspira a dar el ‘sorpasso’ al PNV en los próximos comicios autonómicos, se la juega. Priman otras necesidades en su mundo. Una vez logrado su ‘blanqueamiento’ gracias a Pedro Sánchez que les ha dado la distinción de socios preferentes del Gobierno de España, con negociaciones de las que nada ha trascendido por cierto, a la coalición de Otegi le conviene alejarse lo más posible de sus vínculos con la historia del terrorismo de ETA. También en el electorado vasco. Un electorado que le viene premiando en las urnas desde que la banda dejó de matar llegando a colocarle, en las últimas elecciones locales, como la segunda fuerza del País Vasco y la primera en ayuntamientos como Vitoria y Durango y la Diputación de Gipuzkoa. Una victoria que no pudieron coronar con el bastón de mando porque el PP, con sus votos, se lo impidió favoreciendo al PSE y al PNV.

A Otegi le impresiona que su sucesor sea doctor en Ingeniería de Telecomunicaciones. Habrá que ver si su perfil marcadamente ideologizado (dada su procedencia del núcleo duro de Sortu) no acaba solapando sus mensajes pactistas y pragmáticos. Ante la duda, primará la ideología. Formó parte del equipo negociador de la reforma educativa vasca que finalmente no apoyó por no estar de acuerdo con que se explicitara el derecho de las familias a elegir el modelo lingüístico para sus hijos. El camino hacia la independencia no admite atajos ni permite adornos de distracción con las nuevas tecnologías. El nuevo candidato de Bildu, designado por unanimidad por la Mesa Política y pendiente de ser refrendado por las bases, podrá refugiarse en más de una ocasión en sus mensajes técnicos y sociales. Pero no podrá eludir los constantes emplazamientos que, sin duda, recibirá de sus opositores, la Prensa crítica o las víctimas del terrorismo. Que siempre reclamarán dignidad, justicia y claridad del mundo que fue cómplice y sigue justificando la trayectoria de la banda. Esa historia está ahí. No se puede eliminar de un plumazo como si se tratara de reformar el Código Penal para hacer desaparecer delitos como por arte de magia. Y si hay que definirse, este candidato lo hará. A favor de los presos de ETA. Como ya hizo meses atrás cuando defendió al remero de Urdaibai que brindó su victoria a un condenado por el asesinato del empresario guipuzcoano Inaxio Uría.

Se tendrá que medir con Pradales (PNV), Andueza (PSE) y De Andrés (PP). Todos ellos han tomado el nuevo testigo. A la espera de que Podemos en descomposición desde su ruptura con Sumar, desvele su candidatura. El ‘teleco’ de Bildu es joven. Pero no es nuevo. Otegi, por cierto, seguirá al frente de la coalición.