Juan Karlos Izagirre contra la plaza Constitución de San Sebastián

EL MUNDO 06/02/13

· Bildu pretende imponer el nombre de Berria en el popular espacio de San Sebastián.

El Gobierno municipal de Bildu en San Sebastián pretende borrar del mapa y del callejero oficial el nombre de plaza Constitución para cambiarlo por el de plaza Berria (Nueva) por la política de hechos consumados.

Con este objetivo, la coalición ya ha eliminado de su vocabulario la denominación oficial, tal y como se pudo comprobar durante el pleno de la pasada semana cuando el alcalde, Juan Karlos Izagirre, recurrió en varias ocasiones a este término alternativo para referirse a esta plaza entre la sorpresa y enfado de los grupos de la oposición (el PNV no dudó en llamarle al orden por esta actitud).

Pero esta postura de puertas para adentro del Ayuntamiento no basta, por lo que Bildu pretende ahora que, en la calle, a pie de plaza, se imponga la denominación de Berria sin abordar el necesario procedimiento legal. Así, avala que se hayan colocado en los cuatro accesos otras tantas placas con la denominación alternativa y con el escudo del consistorio que imitan a las oficiales.

Estas placas, que han sido instaladas por el entorno abertzale, llevan ya varios días colocadas junto a la denominación legal y el Gobierno de Bildu se niega a retirarlas, según denunció ayer el PSE, que enmarcó esta actitud dentro de la estrategia del alcalde de «imponer por la vía de los hechos el cambio de nombre de esta histórica plaza».

Situado en pleno corazón de la Parte Vieja, este emplazamiento es uno de los principales reclamos turísticos, por lo que la presencia de las dos placas prácticamente juntas contribuye a confundir a los visitantes que acuden a ver la plaza Constitución.

Bildu defiende esta terminología porque plaza Nueva fue su denominación original desde su construcción en 1722. Destruida tras el incendio de 1813 que asoló la ciudad, se reinauguró cuatro años después conservando su nombre, si bien en 1820 adoptó por primera vez su actual estatus en memoria de la Constitución de Cádiz de 1812. El régimen franquista no fue ajeno a esta simbología y en junio de 1937 la bautizó como plaza del 18 de Julio, hasta que en 1979 la primera corporación democrática le restituyó el nombre que conserva hasta la actualidad.

En este tiempo, la plaza ha acogido todo tipo de juegos y festejos, entre ellos corridas de toros, que han marcado para siempre su fisonomía. Este emplazamiento conserva símbolos de su antiguo DNI torero con sus turísticos números pintados en sus coloridos balcones que correspondían a las localidades numeradas.

La plaza Constitución, además, está catalogada como monumento histórico artístico en virtud de un acuerdo adoptado por el Gobierno vasco en 1984. «Es tarea de todos conservarla y protegerla y no llenarla de gustos particulares que no cuentan con el respaldo oficial de la mayoría», censuró la edil socialista Marisol Garmendia.

Un cambio en la denominación de la plaza requiere de su aprobación en Pleno, pero Bildu, que gobierna en minoría con ocho de 27 concejales, no cuenta con ningún apoyo para plasmar de forma oficial sus intereses. Por ello, busca por todos los medios que el nombre de plaza Berria esté presente en la calle. «Si quieren cambiar el nombre hay otros procedimientos, los legales. No vale hacer de su capa un sayo y hacernos comulgar al resto con sus criterios como si fueran ruedas de molino», reprochó Garmendia.

En opinión del PSE, no se trató de una «casualidad» ya que, «días antes», en los cuatro accesos a la plaza aparecieron varias placas similares «a las oficiales y con el escudo del Ayuntamiento en las que se denomina plaza Berria a la plaza Constitución» y que «aún permanecen» en el citado enclave.

«No es de recibo que Bildu, la izquierda abertzale o quien sea haga lo que le dé la gana, saltándose a la torera las decisiones del Pleno que, a día de hoy, no ha abordado este asunto», señaló la socialista.

«Bildu no puede imponer sus criterios por la política de hechos consumados. No es cuestión de que al alcalde o a Bildu le guste o no le guste el nombre de una calle o plaza», concluyó la edil Garmendia.

EL MUNDO 06/02/13