EL MUNDO 17/06/13
Unió cierra filas en torno a Duran Lleida ante los ataques de dirigentes de CDC
La buena sintonía entre Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) está poniendo en peligro la alianza histórica de los convergentes con su socio de siempre, Unió Democràtica de Catalunya. La principal causa de esta fractura, que se repite semana tras semana en las declaraciones de dirigentes de estas formaciones, es la consulta nacionalista que debe realizarse el año próximo, según pactaron los líderes de CiU, Artur Mas, y ERC, Oriol Junqueras, al inicio de la legislatura.
Esta consulta está envenenando las relaciones entre los socios de la coalición hasta tal punto que el presidente de la Associació de Municipis per la Independència (AMI) y alcalde de Vic (Barcelona), Josep Maria Vila d’Abadal, aseguró que CDC comete un «error de estrategia» al no verificar ya qué parte de sus militantes y de sus dirigentes de Convergència y de Unió están a favor del Estado propio y quiénes no.
«Sería mejor clarificar esto ahora y trabajar ya todos los que vamos juntos por el sí, y los del no y abstencionistas por otro», dijo Vila d’Abadal, que se fue de Unió tras su enfrentamiento con Duran Lleida. En declaraciones a Europa Press, el político consideró que esta indefinición provoca «tirantez» entre la militancia de CiU, aunque cree que se sabe que irremediablemente llegará el momento en que será obligatorio tomar partido respecto a la independencia.
Mientras llega este momento, cualquier declaración de un miembro importante de la coalición provoca una cadena de reacciones que enturbia todavía más sus relaciones. El pasado viernes, el secretario general de CiU y líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, destacó que existen razones económicas, políticas y sociales para plantearse aplazar la consulta más allá del 2014. Duran indicó que su objetivo es «intentar llegar a la consulta con cuantas más fuerzas políticas mejor». «En este proceso esperemos llegar al 2016 –y esperemos hacerlo con ERC– ; y si no, intentaremos hacerlo con otras fuerzas políticas», dijo.
Dirigentes de CDC mostraron su peor cara al rechazar estas declaraciones y defender a ERC, su socio más leal en esta legislatura. El vicesecretario general de Coordinación Institucional de CDC, Lluís Corominas, recordó que Esquerra ofrece «solidez» al Gobierno catalán, por lo que recordó a Duran que, lejos de tratarlo como adversario, se deben tejer «complicidades». Corominas dejó claro que sus críticas al líder de Unió sirven para cohesionar aún más la alianza «en un camino que se llama Estado propio y que no tiene marcha atrás». «Podemos tener matices, pero en estos momentos tan complicados no podemos ir generando dudas», concluyó
Ante esta advertencia, Unió cerró filas en torno a su líder. Su secretario general y consejero de Agricultura, Josep Maria Pelegrí, pidió ayer a CDC que deje de cuestionar a Duran Lleida y desveló que éste ha sido víctima de «amenazas» por sus ideas sobre el proceso soberanista, sin concretar por parte de quién. Fuentes de Unió aclararon que Pelegrí no se refería a ningún miembro de CDC.