La alcaldesa de Andoain (Guipúzcoa), Ana Carrere, de Bildu, telefoneó ayer a los portavoces municipales del PSE y del PP para reunirse con ellos la próxima semana y tratar de «reconducir» la polémica que se ha generado por su decisión de prohibir la entrada de los escoltas a los edificios municipales.
Carrere da marcha atrás después de recibir duras críticas desde todos los ámbitos políticos e institucionales. Su medida provocó que el Gobierno central haya encargado una reforma legal urgente para evitar el veto que la regidora independentista quería imponer a los guardaespaldas en su Ayuntamiento. Bildu se reunirá con los socialistas el lunes y un día después con el PP.
La regidora se puso en contacto con el socialista Estanis Amutxastegi, su antecesor en el cargo, y con la edil popular Asunción Guerra para expresarles su disposición a tratar en una reunión las medidas de seguridad en el Ayuntamiento de Andoain. Bildu aseguró en un comunicado que quiere analizar la situación y precisó que la intención de la alcaldesa con esta medida no era infligir a los ediles del PSE y el PP «un castigo político».
El concejal del PSE José Luis Vela aseguró a este diario que su partido acepta la invitación de Carrere, porque es «positivo» que la mandataria local se muestre dispuesta a reparar una situación «anómala». Al mismo tiempo, Vela quiso puntualizar que la controversia no se hubiera producido si Carrere hubiese optado desde un principio por plantear sus intenciones a los concejales amenazados.
La coalición abertzale quiso dejar «claro» que, con la decisión de impedir la entrada de escoltas privados en los edificios municipales, Carrere no perseguía «reducir la seguridad de los concejales» ni «elevar el nivel de riesgo» que sufren. Bildu de Andoain enmarcó la decisión de Carrere en «un contexto de normalización» política, en el que también situó la intención del Departamento vasco de Interior de disminuir el número de escoltas a los cargos públicos, o del ministerio que dirige Rubalcaba, que también se está planteado reducir las medidas de seguridad de los ediles ante el descenso del nivel de riesgo derivado del alto el fuego de ETA.
Por la mañana, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, mantuvo una conversación telefónica con la alcaldesa de Andoain sobre el veto a los escoltas, informa Karim Asry. Ares aprovechó el momento para transmitirle a Carrere la importancia de garantizar la seguridad de los ediles perseguidos. Según fuentes oficiales de su departamento, tras una charla «cordial», Ares se mostró «moderadamente confiado» en que la situación se podía solucionar. El Departamento vasco de Interior también valoró que el alcalde de San Sebastián, Juan Carlos Izagirre, de Bildu, no haya tomado las mismas medidas en su Consistorio.
La primera decisión de Carrere, nada más asumir el cargo el pasado 11 de junio, fue retirar el arco de detección de metales y el escáner en el Ayuntamiento. Pero la polémica subió de tono cuando el pasado lunes la Policía Municipal impidió entrar en el Consistorio a los escoltas de Guerra y Vela. Los agentes cerraron el paso a los guardaespaldas siguiendo una orden firmada por la alcaldesa, que venía avalada por un informe jurídico solicitado al letrado municipal.
EL PAÍS, 23/6/2011