EL MUNDO – 27/08/15
· El presidente de la entidad soberanista rompe el discurso oficial y admite los riesgos de la secesión ERC y CDC dan luz verde a la banca pública catalana.
De entre las incógnitas que plantearía la independencia de Cataluña, quizá la que más preocupa a sus promotores es su eventual salida de la UE. Hasta ahora, todos restaban credibilidad a los numerosos avisos de altos dirigentes comunitarios en ese sentido, pero el líder de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, admitió ayer que la secesión conllevaría la expulsión del nuevo país de las instituciones europeas.
Sànchez, que después ofreció una tibia rectificación obligado por las presiones de los soberanistas, afirmó que «es indiscutible» que una Cataluña independiente quedaría «transitoriamente» fuera de la Unión Europea, aunque podrían establecerse «acuerdos» temporales para que eso no afectara a las condiciones de vida de los catalanes. Añadió, sin embargo, que estaba seguro de que podría mantenerse en el euro.
Sànchez lidera desde mayo la ANC, una de las principales impulsoras de la lista conjunta de Convergència y ERC, Junts pel Sí. De hecho, su antecesora en el cargo, Carme Forcadell, es la número dos de esa candidatura para las elecciones del 27 de septiembre.
En declaraciones a la Ser, Sànchez instó a todos los actores a buscar una «salida negociada, porque existe un problema político de primer nivel», y aseguró que Cataluña tendrá «el futuro en España y Europa que los catalanes quieran».
«¿Usted cree que la UE, que está haciendo lo imposible para que Grecia no salga del euro, va a permitir que Cataluña salga?», sugirió el presidente de la ANC, que atribuyó el debate sobre la expulsión del eventual nuevo Estado «al miedo que quieren imponer algunos partidos».
La cuestión siempre ha sido controvertida, porque el propio Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat cifró en al menos un 15% la caída del apoyo a la independencia de Cataluña entre los ciudadanos si acarrea la expulsión de la UE.
Además, dentro de la ANC conviven posiciones europeístas –que son las mayoritarias– con las de los que aceptarían la expulsión de la UE y de la eurozona si son necesarias para obtener la independencia.
Para tratar de ofrecer una posición unitaria sobre el asunto, la ANC publicó hace unos días un díptico, titulado La República catalana continuará siendo Europa, en el que se afirma que «los tratados de la Unión Europea no dicen nada sobre una secesión dentro de la Unión Europea; por tanto, nadie puede decir de manera tajante qué pasará».
Pero multitud de dirigentes comunitarios se han pronunciado, siempre en el mismo sentido. El portavoz de la Comisión Europea dijo en 2014: «Si una parte del territorio de un Estado miembro deja de ser parte de ese Estado porque se independiza, los Tratados dejarán de aplicarse a ese territorio desde el día de su independencia. Un nuevo Estado independiente se convertiría en un país tercero respecto a la UE».
El documento de la ANC proporciona otros argumentos, como el de que «la ciudadanía europea se adquiere por ser ciudadano de un Estado miembro, pero también es un derecho individual», o el de que «Cataluña es el camino y la puerta natural de España hacia Europa», y que España sería la «primera perjudicada» si decide vetar al nuevo país porque «se quedaría aislada».
El informe de la ANC también recuerda que países como Suiza tienen una «relación bilateral» con la UE, y que Noruega e Islandia han optado por no integrar pero que «disfrutan de derechos similares a través del acuerdo europeo de libre comercio (EFTA)».
La posibilidad de integrarse en esta institución en vez de en la UE ya se apuntaba también en un informe del Consejo Asesor para la Transición Nacional, el grupo de expertos que ha asesorado a Artur Mas en los últimos años. «Dadas las características de Cataluña, no parece que pudiera haber grandes dificultades para que se adhiriera a la EFTA», aseguraba el texto.
La rectificación de Sànchez llegó por la tarde vía Twitter. «Es inexacto y rectifico», dijo sobre sus palabras acerca de que la Cataluña independiente quedaría «indudablemente» fuera de la UE.
«En ningún caso perderíamos ninguna de las condiciones, derechos y obligaciones que hoy tenemos como ciudadanos europeos. He afirmado y mantengo que las amenazas sobre una posible salida de Cataluña de la UE responden sólo a la estrategia del miedo de los unionistas», añadió en alusión a la terminología que los independentistas usan para definir a sus adversarios.
También se refirió al patinazo el cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva. Tras insistir en que «no hay nada escrito» sobre las secesiones en la normativa europea, dijo que «todo depende de cómo se gestione políticamente la cuestión».
«Desde esa perspectiva, es muy importante, necesario y fundamental que el 27-S haya una mayoría clara. Lo que suceda estará muy condicionado a eso», dijo para animar a votar a los independentistas.
Pero la oposición vio en el resbalón del líder de la ANC una prueba de que los soberanistas ocultan información a los electores. El candidato del PP al 27-S, Xavier García Albiol, dijo que «Sànchez, Mas, Junqueras y Romeva intentan engañar a los catalanes. Saben perfectamente que es imposible, que Cataluña saldría automáticamente de la UE y qué consecuencias tendría».
Advirtió, por ejemplo, que tras la eventual secesión los pensionistas catalanes perderían sus pensiones, y que no sólo España vetaría la entrada en la UE, sino que lo haría «el 80% de países miembros».
La candidata de Ciutadans a presidir la Generalitat, Inés Arrimadas, celebró que Sànchez «reconozca» que la independencia provocaría la salida de la UE y subrayó que no quiere perder el pasaporte de ciudadana de la UE «por la locura de algunos y un intento de Artur Mas de esconderse tras una lista».