ABC 03/09/14
· Trabaja para declarar la independencia de forma unilateral dentro de siete meses
Agujeros contables, irregularidades que rozaban el delito fiscal… La Asamblea Nacional Catalana (ANC) no ha sabido controlar sus ingresos, pero la pregunta es obvia: ¿a qué dedica ese dinero esta plataforma mimada por el presidente Artur Mas? La respuesta también lo es: a preparar la independencia de Cataluña de forma unilateral. Incluso prescindiendo de las instituciones catalanas, es decir, del Parlamento autonómico y del Gobierno catalán.
La ANC ha diseñado una hoja de ruta de aquí hasta 2015 que pasa por la creación de un Parlamento paralelo que declare unilateralmente la independencia de Cataluña dentro de siete meses, es decir, el 24 de abril de 2015, festividad de Sant Jordi, muy emblemática en esta comunidad. Lo denominan «Mesa del pueblo» y sería la encargada de conducir a Cataluña hacia la ruptura con España en el caso de que Mas renuncie a celebrar una consulta secesionista el próximo 9 de noviembre.
En este sentido, esta plataforma presidida por Carme Forcadell, organizadora de las movilizaciones de la Diada desde 2012 y que se ha convertido en el verdadero brazo ideológico del Ejecutivo de Mas, prevé cuatro escenarios: una consulta más o menos tolerada por el Estado; que se celebre con la oposición «total» del Gobierno español; que no se pueda celebrar porque no hay garantías suficientes, o que el Estado intervenga las instituciones catalanas ante sus planteamientos rupturistas.
Si tuviera lugar el referendo —algo improbable, ya que el Gobierno español tiene intención de recurrirlo ante al Tribunal Constitucional—, la ANC participaría aportando equipos de logística y de seguridad. Proponen que, a partir del día siguiente, comience la negociación previa a una declaración de independencia que consideran «irreversible». Se abriría, dicen, «una etapa decisiva del proceso de independencia» mediante el proyecto denominado «De la desobediencia a la soberanía».
La Constitución catalana
Si, por contra, no se celebra la consulta, la ANC plantea la convocatoria de elecciones anticipadas con carácter plebiscitario en las que esta plataforma constituiría una candidatura unitaria de fuerzas políticas y sociales, y una «Mesa de fuerzas políticas y sociales para el Estado propio». Crearían entonces la Asamblea de cargos electos para que procedan a la declaración de independencia.
Haya consulta o no, la ANC mantiene el 24 de abril de 2015 como fecha adecuada para esa separación de España, mientras que el 11 septiembre de ese año, coincidiendo con la Diada, se celebraría un referendo sobre la nueva Constitución catalana.
Pero uno de los apartados más polémicos de ese esquema secesionista son los denominados «ejercicios de soberanía» que la Asamblea contempla para hacer visible el funcionamiento «plenamente independiente» de Cataluña, lo que se podría concretar con el control de «grandes infraestructuras y fronteras —puertos y aeropuertos—, la seguridad pública y las comunicaciones». Una previsión interpretada como un golpe de Estado en toda regla.
Precisan en ese documento que, en esa independencia unilateral, el Gobierno de la Generalitat y el Parlamento se mantendrían oficialmente, pero en el supuesto de que se abstengan de participar en el proceso, «se nombrará un gobierno provisional que ejecute esa declaración».