La Audiencia Nacional aumenta su exigencia y absuelve al etarra acusado de asesinar a Carrasco

EL CORREO – 27/06/14

· Cree que la identificación de Beñat Aginagalde mediante fotos no es suficiente prueba y asesta un duro varapalo a los investigadores.

· Estudiante de Medicina: La sentencia tampoco da credibilidad a la coartada del etarra, que dijo haber hecho un examen.

· Entregado por Francia: Sienta un precedente porque Aginagalde debe ser juzgado aún por el crimen de Inaxio Uria.

Dos fuertes varapalos a las investigaciones policiales en apenas dos semanas. La Audiencia Nacional hizo pública ayer la absolución de Beñat Aginagalde, miembro de ETA que, entre otros delitos, estaba acusado de ser el autor material del asesinato de Isaías Carrasco, antiguo concejal del PSE en Mondragón, muerto a tiros durante la campaña de las elecciones generales de 2008. Los jueces que firman la sentencia, que puede ser recurrida ante el Supremo, consideran que tanto la Policía, como el juez instructor –Eloy Velasco–, como la Fiscalía –que reclamaba más de 30 años de cárcel– no han aportado pruebas suficientes que demuestren, más allá de la duda razonable, que Aginagalde fue quien descerrajó cinco disparos sobre el antiguo edil socialista.

El tribunal evidencia que, una vez que ETA ha dejado de ser una amenaza real, se han elevado todos los listones de la exigencia. Hace apenas dos semanas, la Audiencia Nacional exculpó a 40 jóvenes a los que se les había acusado de pertenecer a la ilegal Segi. Los argumentos utilizados entonces sacaban los colores a la investigación, aunque uno de los tres magistrados de aquel tribunal discrepaba de la tesis de sus compañeros y afirmaba que pruebas similares habían bastado para condenar a acusados en procesos anteriores.

Los tres jueces que han revisado ahora el asesinato de Carrasco –Guillermo Ruiz Polanco, Ángeles Barreiro y Antonio Díaz Delgado– entienden que durante el juicio no ha quedado «debidamente probado» que Aginagalde «fuera ejecutor de los disparos». La Sala, que recuerda que este miembro de ETA debe ser juzgado aún por su presunta pertenencia al ‘comando Asti’ –está también acusado de matar al empresario Inaxio Uria–, considera que no basta con la declaración de dos testigos anónimos, que situaron a Aginagalde en el escenario del atentado contra Carrasco.

En concreto, los jueces llaman la atención de que contra la «presunción de inocencia» se debe armar, por parte de la acusación, un relato con la suficiente «fuerza probatoria», que en este caso no se habría logrado. Subrayan que el testigo principal identificó al acusado mediante «un reconocimiento fotográfico acontecido un año después de los hechos». Según su relato, este vecino, que no presenció el crimen, vio a Aginagalde apostado en un portal cercano al del domicilio de Carrasco. Un segundo testigo, que sí vio el atentado, no pudo identificar al acusado mediante fotografías. Los dos testimonios coincidían en la «descripción física y de indumentaria».

La sentencia, que se apoya en diferentes pronunciamientos del Supremo y del Constitucional en los que se alude a atentados del Grapo y a procesos por enaltecimiento del terrorismo durante manifestaciones de la izquierda abertzale, advierte de que «un reconocimiento fotográfico no es prueba de cargo, pues se trata meramente de un acto de investigación» y afea a los investigadores policiales y judiciales que no se hubiera llevado a cabo una «rueda de reconocimiento». Los jueces recuerdan, en este sentido, que «la declaración de un testigo anónimo» debe ir «acompañado de otros elementos probatorios» para sostener una condena. Algo que no se ha dado en este juicio. El tribunal entiende que «la mera conexión instrumental entendida en clave subjetiva» es «insuficiente» para demostrar la participación activa en un crimen. «Es necesario contemplar la interconexión de los delitos también en clave objetiva», insisten.

Cinco años en Francia

La Sala tampoco da validez al argumento empleado por la defensa del etarra, condenado en Francia a cinco años por pertenencia a banda terrorista, que sostuvo durante el juicio que Aginagalde, en el momento del asesinato de Carrasco, se encontraba realizando un examen en la Facultad de Medicina de la UPV en San Sebastián. Un relato que se apoyaba en el testimonio de un «amigo» del acusado que, según los jueces de la Audiencia Nacional, no ha «podido generar certidumbre».

La sentencia dada a conocer ayer es una clara advertencia para los cuerpos policiales y la Fiscalía de cara a próximos juicios contra miembros de ETA. La Justicia francesa entregó de hecho a Aginagalde hace un par de meses para que fuera juzgado en España tanto por el atentado contra Carrasco como por haber tomado parte en el asesinato del empresario Inaxio Uria, por la colocación de una bomba en la casa del pueblo de Lazkao, por un artefacto contra el Palacio de Justicia de Tolosa y por un atentado con bombas trampa dirigido contra la Ertzaintza en Hernani.

«Es un varapalo tremendo», asegura la AVT

La presidenta de la AVT , Ángeles Pedraza, se mostró ayer «muy preocupada» tras la absolución de Beñat Aginagalde ya que, en su opinión, la Audiencia Nacional «se está dejando influir por quienes reclaman adaptarse a los nuevos tiempos». «Es un varapalo tremendo», aseguró. La dirigente del colectivo más numeroso de víctimas recordó que «con estas mismas pruebas» la Audiencia Nacional ha condenado a otros miembros de la banda. Pedraza calificó la absolución de Aginagalde de «surrealista» e «inexplicable» que el tribunal haya absuelto en esta ocasión a Beñat Aginagalde y lamentó que la Audiencia Nacional haya dejado, a su juicio, de tener presente que fue creada para la lucha contra el terrorismo, y se haya convertido en el tribunal de las «prebendas» y «permisos a etarras».

EL CORREO – 27/06/14