EL MUNDO – 03/03/16
· Indignación con el tono y los «insultos» a Felipe González, «manchado de cal viva».
· Pablo Iglesias se subió ayer por primera vez a la tribuna del Congreso con un tono tan bronco contra el PSOE que incendió los puentes con el partido con el que dice querer pactar.
· Al menos así lo entendió la mayoría de los socialistas consultados, que se mostraron indignados. Como dijo a este diario un diputado catalán, «Podemos nos quiere sustituir, por lo que nunca pactará con nosotros». Así lo entendió la bancada socialista y el PSOE en general.
Iglesias recordó al PSOE en un tono amenazante «su pasado», acusó a Felipe González –el mayor referente vivo de esta formación– de estar «manchado de cal viva», aludió a las puertas giratorias y llamó «miserable» a Sánchez por «utilizar la memoria de las víctimas del terrorismo» para atacarle.
Varios diputados socialistas dejaron claro en Twitter que ven «imposible» el acuerdo con Podemos. El vasco Odon Elorza, partidario de un pacto de izquierdas, aseguró: «Muchos socialistas han visto hoy imposible una vía de negociación con Podemos tras oír la intervención de confrontación y odio de Pablo Iglesias». Y Rafael Simancas, muy próximo a la dirección federal, destacó que «Iglesias nos tiende la mano desde la cal viva».
Sánchez fue duro con Iglesias, pero huyó de la bronca. Le echó en cara que llame «presos políticos» a los asesinos de ETA cinco días antes del aniversario del asesinato del socialista Isaías Carrasco. Y le espetó que parece que no quiere pactar con el PSOE y apuesta abiertamente por nuevas elecciones. No fue tan contundente en la defensa de González, del que dijo sentirse «muy orgulloso».
Como explica su equipo, Sánchez «no quiso bajar al barro o a la descalificación personal». Eligió hablar como candidato a la Presidencia del Gobierno, no como secretario general del PSOE. «Los mítines de precampaña vinieron a darlos otros», aseguró un diputado que defendió «la contención» y «el sentido de Estado» de Sánchez, incluso frente a las descalificaciones de Iglesias.
La mayoría de los diputados admitió que Sánchez hizo bien en «no pisar el barro». Aún así, algunos calificaron como «tibia» su defensa de Felipe González.
Más contundente fue desde Sevilla la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que calificó de «indecencia política» las acusaciones del secretario general de Podemos. Díaz urgió a Iglesias a pedir perdón tanto a Felipe González como al PSOE, «porque no ha estado a la altura de lo que estaba representando en la Cámara». Aún así, la presidenta dijo que Sánchez «ha abierto un horizonte de esperanza a la gente», al contrario que otros, en referencia al PP y a Podemos, que «están en el tacticismo».
El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, incidió en que Iglesias quiso «hacer daño en las entrañas del PSOE». Y admitió que desde ayer es «más difícil» llegar a un acuerdo.
El problema surgirá la próxima semana. Los socialistas siguen, así lo enfatizó Sánchez, con la mano tendida hacia Podemos. Su única opción de investidura sigue siendo que Iglesias y Albert Rivera permitan que asuma el Gobierno.
Uno de los diputados más veteranos del Grupo Socialista explicaba a este diario que dos meses en política –y más en estos tiempos– son una eternidad. «Y si Podemos llega al convencimiento de que no le convienen nuevas elecciones, se inventará el relato oportuno para abstenerse». Eso sí, Iglesias «pasaría al día siguiente a hacer una durísima oposición a Sánchez» para convertirse en la referencia de la izquierda.
El candidato fue mucho más displicente en su cara a cara con Mariano Rajoy. El líder socialista acudió a la Cámara a debatir con Iglesias, a tratar de ponerle en evidencia frente a sus votantes y a convencer a los socialistas desencantados que optaron por Podemos el pasado 20-D. No para batirse con el PP.
Por ello, Sánchez no quiso entrar en el cuerpo a cuerpo con Rajoy, al que considera «el pasado», como explicaron fuentes socialistas. Ni siquiera le echó casi en cara la corrupción, más allá de asegurar que el PP necesita pasar a la oposición «para renovar su liderazgo y regenerarse».
De hecho, descalificó parte del programa de Podemos, denunció que sólo serviría para «sacar España del euro» o para «trocear la soberanía nacional». Y se dirigió directamente a los millones de votantes de Podemos que en otras ocasiones apoyaron al PSOE, porque «no entienden su comportamiento» [de Iglesias] al rechazar votar a un presidente del Gobierno socialista «para que siga gobernando Rajoy».
«DIGA SI QUIERE ELECCIONES»
«Cambiar España». «Muchos ex votantes socialistas votaron a Podemos. Muchos de ellos votaron a su formación porque pensaban que con usted se podía revitalizar la izquierda, que juntos, ustedes y nosotros, podíamos cambiar España. Muchos de ellos no entienden su comportamiento, no entienden por qué va a votar en contra de un candidato socialista para que siga Rajoy. (…) Si usted quiere ir a las elecciones y quiere repetirlas, diga la verdad a la ciudadanía ».
EL MUNDO – 03/03/16