Iván Gil, Itziar Reyero-El Confidencial
- Sánchez ha encargado a Adriana Lastra el timón del partido hasta el congreso federal, pero el control sobre los territorios lo ejercerá Santos Cerdán. Entre ambos, emerge Félix Bolaños
Pedro Sánchez guarda bajo siete llaves la lista de las personas a las que fiará el timón del partido tras el 40º congreso federal del PSOE, el próximo mes de octubre. La caída a plomo de José Luis Ábalos, hasta ahora su fiel escudero en el Gobierno y en Ferraz, ha desatado las hostilidades dentro de una organización acostumbrada en los últimos años al mutismo. El nerviosismo entre los pesos pesados socialistas es palpable. La formación era ayer un hervidero de filtraciones, maniobras y fuego amigo, tal y como quedó patente durante el traspaso de las carteras ministeriales, con un aire a ajuste de cuentas.
La cruel marcha en diferido de Ábalos de la Secretaría de Organización, confirmada ayer por la tarde en un comunicado oficial de renuncia, alimenta el vacío de poder y la consiguiente competición por asumir sus responsabilidades orgánicas. El hasta ahora ministro de Transportes se despidió solo, en un acto en el ministerio sin colegas del Gobierno ni del partido, más allá de Salvador Illa, que acudió a acompañar a la sustituta, la catalana Raquel Sánchez. Y de José Blanco, exministro de Fomento y exsecretario de Organización del PSOE con Zapatero, siempre al quite.
Por la tarde, en una escueta nota, Ábalos aseguró que la suya era «una decisión madurada y necesaria desde el punto de vista personal y familiar» y reivindicó su labor para «cohesionar» el PSOE tras la dramática salida y retorno de Sánchez a la Secretaría General. «El PSOE es hoy un partido más fuerte y más consciente de su rol hegemónico en la izquierda», afirmó el político valenciano, que mantendrá su acta de diputado y nada más.
El presidente ha encargado a la vicesecretaria general y portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, que pilote el partido hasta el congreso federal, que tendrá lugar a mediados de octubre en Valencia. La asturiana, pieza clave para Sánchez en la búsqueda de aliados parlamentarios, mantiene la confianza intacta del jefe, hasta que se demuestre lo contrario. Será ella quien oficialmente lleve las riendas políticas del PSOE hasta su cónclave de renovación. Tendrá «plenos poderes», aseguran en su entorno.
Pero en la práctica, tal y como se encargan de señalar también desde la sede central, el control orgánico del partido, quien asume todo el poder territorial es el fontanero navarro Santos Cerdán, hasta ahora número dos de Ábalos y quien de verdad ha llevado el día a día del PSOE. Ambos se tendrán que apoyar mutuamente en este proceso, aunque se visualiza un cierto afán por remarcar la jerarquía. Lastra reclama el timón político mientras Cerdán exhibe su control territorial. Aunque entre ambos emerge la importante figura de Félix Bolaños, el nuevo hombre fuerte de Pedro Sánchez que coordinará el Gobierno de coalición desde el Ministerio de Presidencia y el mejor posicionado para dominar también el futuro del socialismo español.
Lastra reclama el timón político mientras Santos Cerdán exhibe el control territorial
Sánchez ya encargó a Bolaños la responsabilidad de coordinar la ponencia marco del 40º congreso federal del PSOE y de la actualización de los estatutos. Solo él tiene asegurado formar parte de la dirección que salga del 40º congreso del PSOE. Las quinielas lo sitúan como sustituto, o bien de Lastra, como vicesecretario general, o de Ábalos, como secretario de Organización. La salida de Carmen Calvo del Ejecutivo también da cuenta de que, al igual que la crisis de Gobierno, los cambios en la nueva dirección del PSOE serán profundos.
Durante las últimas horas, se ha trasladado que el «mando en plaza» hasta el 40º congreso recaerá en Adriana Lastra, mientras que Santos Cerdán le daría apoyo. Jerárquicamente así le corresponde. Bolaños no dejará de tener grandes responsabilidades en este proceso, pero fuentes conocedoras indican que hasta el mes de septiembre no se abrirá la cuestión de la renovación orgánica. Primero asentar el nuevo Gobierno y, tras las vacaciones, centrarse en la renovación del PSOE. Mientras tanto, la incertidumbre se apodera de unos y otros, no sin ruido.
La intención del presidente y líder de los socialistas pasa por tender puentes con todas las sensibilidades del socialismo, principalmente las que se quedaron al margen tras la guerra fratricida de las primarias en que se enfrentó a Susana Díaz para reconquistar la secretaria general. Imprimir también un «relevo generacional» y dar presencia a todos los territorios, si bien evitando cuotas, sí dándole un carácter más municipalista que visualice el afán por una cohesión territorial del país. Nadie es imprescindible en esta nueva etapa del PSOE, excepto Félix Bolaños.
La revolución emprendida por Sánchez tiene que ver con la necesidad de promocionar perfiles que se conviertan en alternativa para dar el relevo en las direcciones regionales, sobre todo ahora que las encuestas demoscópicas mantienen una tendencia negativa para el PSOE. La entrada en el Ejecutivo de políticas como Pilar Alegría e Isabel Rodríguez apunta en esta dirección, como posibles relevos de Javier Lambán en Aragón y Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha, respectivamente. Cuanto menos, contarán con el mejor escaparate si se las pretende aupar como alternativa o recambio de los líderes regionales. Máxime en el caso de la segunda, que asumirá la labor de portavoz del Gobierno.
Sin que se trate de una amenaza, sino de una pieza de recambio ante la necesidad de un relevo, la incorporación de la alcaldesa de Gandía, Diana Morant, apunta en esta misma dirección en la Comunidad Valenciana. Sánchez la llamó sin consultar con Ximo Puig ni nadie de la dirección valenciana, lo que da cuenta de que se trata de una apuesta personal del presidente.
Otras pistas que anticipa la remodelación del Ejecutivo de cara al nuevo PSOE que salga del 40º congreso tienen que ver con las responsabilidades sectoriales. De hecho, junto a Bolaños se incorporan al Consejo de Ministros otros dos responsables de ponencias en el cónclave de la formación. Se trata de la nueva ministra de Educación, Pilar Alegría, encargada de la propuesta sectorial de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, y del nuevo titular de Exteriores, José Manuel Albares, con la de España en Europa y el Mundo. La fusión entre el actual partido, el nuevo que saldrá del congreso y el Gobierno es patente con esta remodelación.