La crisis de CiU favorece a los partidos constitucionalistas

ABC 18/06/15

· Unió podría obtener entre 7 y 9 diputados si se presentara por separado

En Ciudadanos se frotan las manos. La ruptura entre UDC y Convergencia –de momento electoral, ya que la federación de CiU aún se mantiene– podría dejar el voto útil moderado en manos de la formación que lidera Albert Rivera. Fuentes de Unió reconocen que ese trasvase de electorado es muy posible y que es un factor que la nueva CDC no parece tener en cuenta. De hecho, el último ciclo electoral apunta a esa tendencia. Y con una federación debilitada por sus peleas internas, las expectativas de Rivera pueden dispararse.

Trasvase de voto En las municipales, 80.000 votos de CiU fueron a parar a la formación liderada por Rivera Debilidad de Unió Para el partido que lidera Sánchez-Camacho, CiU queda debilitada, pero Unió también

Rivera aspira a liderar un bloque constitucionalista junto a PSC y PP que frene las ansias independentistas del presidente Artur Mas tras las elecciones de septiembre. «Si CiU se partiera en dos, podríamos estar en condiciones de hablar de tú a tú con Convergencia», asegura a este diario el propio Rivera. Incluso antes de la crisis nacionalista, las perspectivas electorales no eran muy halagüeñas, pues otorgaban a CiU entre 30 y 32 diputados –la mitad de los escaños logrados en 2010–.

Los análisis internos de Ciudadanos indican que si Unió se presentara por separado en las autonómicas, podría sacar entre 7 y 9 diputados –de los 50 diputados que ahora tiene CiU, 14 son de Unió–. C,s ya se ha nutrido del voto moderado nacionalista. Lo hizo en las autonómicas de 2012, pero ha sido en las elecciones municipales del 24 de mayo cuando se ha disparado ese trasvase: un total de 80.000 votos de CiU fueron a parar a C,s. En la ciudad de Barcelona, el partido de Rivera registró un sensible incremento en barrios de la zona alta de Barcelona como Les Corts y Sarriá, así como en el Ensanche, donde residen profesionales liberales pertenecientes a la clase media a los que no agrada la inestabilidad. Barrios todos ellos donde CiU se había hecho fuerte en las anteriores elecciones locales.

Sin guerra de banderas
Para el votante tradicional de Convergencia, Ciudadanos es un partido nacido en Cataluña en cuyo discurso no suele aparecer la guerra de banderas o de símbolos, algo en lo que sí ha participado el PP catalán.

El portavoz del PP, Enric Millo, afirma que «CiU está debilitada, pero Unió también, pues solo controla la mitad de su partido. Artur Mas se ve forzado a decidir entre reabrir la negociación con Duran para agotar la legislatura manteniendo la cohesión interna de CiU o darle la espalda y abrazarse a los independentistas de ERC y la CUP dejando atrás la etapa de la coalición con Unió».

Según Millo, la crisis se produce «en un contexto de fuerte división interna de Unió, en lo que se interpreta como una dura lucha de poder para hacerse con el control del partido, entre los soberanistas de Duran y los independentistas de Gispert, Rigol y Castellà».

Para el PSC, la separación de Unió y Convergencia pone fin a un catalanismo integrador que, según su portavoz, Esther Niubó, «Convergencia ha intentado asimilar al independentismo». La dirigente socialista admite que entre Unió y PSC hay muchos puntos en común –Josep Duran Lleida siempre se ha mostrado partidario de la sociovergencia– en cuanto a la necesidad de buscar una salida al problema catalán pactada con el Estado. El tiempo dirá si es posible llegar a un entendimiento entre ambas formaciones. Fuentes de Unió reconocen que el riesgo de ir en solitario es alto para UDC, pero hay que tener en cuenta que en Convergència hay una mayoría silenciosa contraria a la independencia que también va a alzar la voz.

Artur Mas presentará este sábado su proyecto para el 27-S en un acto en Molins de Rey (Barcelona), explícitamente favorable a la independencia, pero no concretará la composición de su «lista del presidente». Como ya informó ABC, el líder de CiU intenta a la desesperada captar dirigentes de la órbita de ERC para frenar el ascenso electoral de su aliado en esta legislatura. Incluso ha reclutado voluntarios para captar aspirantes a esa candidatura que se presenta como transversal. Sin embargo, no parece que en esa lista quepa Unió. El propio Mas ha asegurado que, en caso de perder las elecciones, daría un paso atrás si no pudiera liderar el proceso independentista.