Opinión, EL MUNDO, 12/6/11
LA FUERZA ELECTORALDE BILDU ha abierto una gran crisis entre los dos grandes partidos vascos que compartían el papel de gobernar las instituciones de la CAV. Ni siquiera el pacto entre PSE y PP en el Gobierno vasco rompió hace dos años con ese reparto, al no tener en sus manos el poder foral. Tanto es así que el PNV se jactaba de gobernar desde la oposición al estar al frente de las tres diputaciones. Los resultados del 22-M han roto ese equilibrio y el retroceso del PSE en San Sebastián y del PNV en Gipuzkoa derivado en un desencuentro irreconciliable. El partido de Urkullu, sobrepasado por Bildu, se ha alejado de los socialistas pensando en las autonómicas y puesto en manos de la coalición las dos principales instituciones guipuzcoanas. Su decisión ha tenido un efecto dominó sobre significados feudos socialistas y su pacto con Bildu en Lasarte es una grave afrenta para el PSE. Ambos, sin embargo, están obligados a entenderse para frenar a Bildu si no quieren que proyectos que ambos comparten, como el TAV, sufran las consecuencias.
Opinión, EL MUNDO, 12/6/11