EL CORREO – 21/04/15 – FLORENCIO DOMÍNGUEZ
· Si se mira exclusivamente desde la óptica política vasca, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha cometido un error al cuestionar el Concierto económico, aunque si se mira desde la óptica catalana puede que no haya tal error. El Partido Popular vasco lo ha visto y se ha apresurado a enarbolar la bandera de la foralidad, algo que no le supone ningún esfuerzo porque el PP es un defensor tradicional de este modelo. La formación que lidera Arantza Quiroga ha encontrado en la cuestión foral la forma de marcar terreno frente al ascenso de Ciudadanos y llevar el partido al campo más favorable para los populares.
La toma de postura de Rivera, por otra parte, está en línea con la posición que sobre la cuestión ha venido manteniendo en solitario Unión Progreso y Democracia. El resto del arco político, desde la izquierda a la derecha, nacionalistas y no nacionalistas, defienden la singularidad del Concierto económico y las instituciones forales. Luego, dentro de esa defensa genérica, vienen los matices. El PSE-EE, por ejemplo, está empeñado en llevar a cabo una reforma de la Ley de Territorios Históricos y, aunque no ha dado a conocer los detalles de su propuesta, todo apunta a que los socialistas serían partidarios de reforzar el papel de las instituciones comunes, el Gobierno y el Parlamento, en detrimento de las diputaciones, al menos en algunas materias como la fiscalidad.
Los dos grandes partidos nacionales, el PP y el PSOE, no se plantean el cuestionamiento de la singularidad vasca en el terreno fiscal, al margen de que en el ejercicio de las tareas de gobiernoen ocasiones se plantean conflictos sobre cuestiones concretas, pero una discusión sobre quién debe ingresar los impuestos de Rover, por citar un ejemplo, no supone una impugnación del Concierto.Si Ciudadanos alcanza la representación que le dan las encuestas, por vez primera habría un partido de peso en la política nacional que cuestiona el Concierto económico, algo que no ha ocurrido desde la recuperación de la democracia. UPyD, ya se ha dicho, lo cuestiona, pero este partido no ha conseguido la presencia que vaticinan los sondeos para la formación de Albert Rivera.
Hasta ahora, el cuestionamiento del Concierto vasco procedía únicamente de sectores políticos catalanes, incluidos los nacionalistas. Ni siquiera la izquierda española, donde la pulsión por la igualdad tendría que ser más fuerte, ha puesto en tela de juicio el modelo específico vasco recogido en la Constitución. En ese contexto, no dejan de ser significativas las palabras que hace pocos días pronunció el lehendakari Iñigo Urkullu al ser preguntado por un posible Concierto para Cataluña. Urkullu se mostró favorable, «siempre y cuando se mantenga la singularidad» vasca amparada por la Constitución española. El lehendakari parecía reflejar el temor de que una revisión del sistema de financiación autonómica encaminada a generar más recursos para Cataluña conllevara la puesta en cuestión del Concierto vasco o, al menos, de los criterios aplicados para el establecimiento del Cupo. Es un riesgo que existe.