TONIA ETXARRI-EL CORREO

Mucho antes de que Putin invadiera Ucrania ya se debatía en este país con intensidad sobre el alza de los precios de la energía. Fueron discusiones acaloradas en pleno verano cuando la subida del precio del megavatio por hora empezaba su carrera alocada. Resulta que antes de la atrocidad provocada por el ejército ruso en Ucrania, nuestra inflación interanual ya se había situado en un 7,4%. Por encima de los países de nuestro entorno. Pero ayer Pedro Sánchez se presentó en el Congreso de los Diputados para señalar al culpable exclusivo de nuestra inflación. Ya lo tiene. Ya está. Es Putin. Según las cuentas de La Moncloa, el dictador ruso debe de llevar por lo menos año y medio invadiendo Ucrania a juzgar por los números, que no engañan.

En situaciones desesperadas como la que estamos viviendo convendría que nuestros representantes políticos asumieran sus responsabilidades. Haber decidido enviar soporte bélico a Ucrania ha sido una medida seria y necesaria, sobre todo porque estar en contra de la guerra, ante la invasión rusa, implica ayudar con armas al país invadido, a pesar de que al menos dos ministras de Podemos se hayan opuesto. Pero que Sánchez tratara de eludir sus obligaciones diciendo que si no nos salen las cuentas a fin de mes no es culpa suya, sino de Putin, no es serio. Decir que nuestra economía iba a velocidad de crucero (Nadia Calviño dixit) hasta que, vaya por Dios, con Putin todo se ha vuelto al revés, es engañoso. ¿Qué ha ocurrido? ¿Que Putin ha influido en la economía de unos países más que en la de otros? Porque la inflación de Alemania y Francia es menor que la nuestra.

Siempre, con Sánchez, la culpa es de otros. De la crisis económica, el covid. De la crisis con Marruecos, la oposición. Del pacto con EH Bildu, el PP. Y de la inflación, Putin. Suma y sigue. El implacable archivo volvía a servir en la bandeja de las redes la intervención de Sánchez, cuando era Pedro el opositor en 2015, culpando de la inflación (¡cuando era del 1%!) al Gobierno de Rajoy. «Usted le sale muy caro a los españoles», decía el mismo que ayer desvió la culpa de la inflación (al 7,4%) al mismísimo Putin. Que todo lo ha empeorado, sí, pero que nuestra situación estaba ya muy tocada lo reconocía todo el mundo menos el Gobierno. Si nos cuesta 100 euros, ahora, llenar el depósito de gasolina la culpa es de Putin. Esa es la idea. Pero no coló. Ni siquiera entre algunos socios de legislatura que no entendían que en esta época de vacas flacas la ministra Montero se pueda permitir adjudicarse más de 20.000 millones de euros para invertir en políticas de igualdad. No estamos para dispendios ni para mantener en la Moncloa a ministras tóxicas en un momento en el que ir en contra de la OTAN implica conspirar contra los intereses de todo el país y sus ciudadanos. Eso piensa el PP y por eso volvió a pedir a Sánchez que suelte lastre. Con el partido de Feijóo encontrará alianzas más leales que las de Podemos.