EL MUNDO – 08/06/16
· Los antisistema mantienen su enmienda a la totalidad de las cuentas presentadas por Junts pel SíAfirman que no paran el proceso soberanista, pero ponen a Cataluña al borde de otras elecciones.
· La CUP decidió anoche mantener su veto a los presupuestos de la Generalitat presentados por sus socios parlamentarios de Junts pel Sí –la coalición de Convergència y ERC– y abrió con ello una herida que puede ser definitiva para la actual legislatura catalana.
La formación radical, que reunió a su Consejo Político y Grupo de Acción Parlamentaria durante casi tres horas, desoyó las ofertas de última hora que le hicieron llegar desde el Govern para doblegar su negativa a apoyar unas cuentas que creen insuficientes para alcanzar, en el plazo de un año y medio, la independencia de Cataluña.
La fragilidad en la que queda ahora el Govern que encabeza Carles Puigdemont y la posibilidad de un avance electoral fue ayer admitida por el propio Ejecutivo al conocer el resultado de la cumbre de la CUP. La portavoz del Govern, Neus Munté, reconoció en declaraciones a Rac1 que «la legislatura queda tocada», porque «es evidente que estos presupuestos son absolutamente necesarios para una legislatura excepcional». Cuestionada sobre si se plantean celebrar de nuevo elecciones autonómicas –serían las cuartas desde 2010–, la consellera se limitó a señalar que reflexionarán «sobre todo», dejando así la puerta abierta a cualquier posibilidad.
El terremoto que ayer causó la decisión de la CUP motivó la convocatoria de urgencia para esta misma mañana de una reunión del Govern con los diputados de Junts pel Sí (JxSí) –coalición que forman CDC y ERC en el Parlament– para analizar en qué estado queda una legislatura de aritmética cuando menos compleja. Si, como avisó el Govern a la CUP, su no a los presupuestos supone el final del pacto de estabilidad, JxSí carece de apoyos entre el resto de la oposición –C’s, PSC, Catalunya sí que es Pot y PP– si mantiene como objetivo la independencia.
Pese a las consecuencias de su decisión, la CUP se esforzó ayer en no aparecer como la culpable de la pérdida de estabilidad del Govern. La diputada Eulàlia Reguant defendió tras la votación que «la CUP no veta nada» y mantuvo el compromiso de la izquierda radical de seguir negociando para acordar unos presupuestos este mismo año, aunque no los que actualmente están presentados. En este sentido, el partido antisistema aseguró que el proceso soberanista «seguirá adelante», pese al duro varapalo propinado al Govern.
Reguant puso la puntilla al calendario con el que el independentismo trabajaba hasta ahora y sostuvo que, «si no es posible» ya pactar las cuentas de 2016, expresan «la voluntad de trabajar conjuntamente con JxSí en los [presupuestos] de 2017».
Todo ello después de que el partido votara por mantener su enmienda a la totalidad de los presupuestos con 29 votos a favor, 26 en contra y tres abstenciones, en una secuencia que imitó la incertidumbre vivida con la fallida investidura de Artur Mas tras las elecciones de septiembre. También como entonces hubo movimientos contrarreloj para intentar vencer las resistencias de las asambleas de una izquierda antisistema que se encerró dividida en su sede. Una brecha que representantes de JxSÍ intentaron aprovechar sin éxito.
Los movimientos a la desesperada se aceleraron en las 72 horas previas a la cumbre de la CUP. El domingo, representantes de alto nivel de CDC hicieron llegar a la formación antisistema un documento con nuevas propuestas. Una oferta que la CUP consideró insuficiente y que evidenció, en paralelo, la división en la dirección de CDC en torno a seguir haciendo «cesiones» a la izquierda radical. Desde ese momento, el partido de Mas, con su candidato a las elecciones generales del 26 de junio, Francesc Homs, a la cabeza, rechazó hacer ningún acercamiento más y aceleró las críticas contra la CUP.
La última oferta la hizo ayer por la tarde ERC, cuando apenas faltaba una hora para que comenzara la cumbre final de la CUP. Una estrategia que fue tachada por miembros del grupo parlamentario radical de «poco seria», al no poder trasladar el documento de ninguna manera a la militancia por el complejo sistema asamblearia con el que funcionan.
Una de las ofertas de última hora que hizo llegar el Departamento de Economía que dirige Oriol Junqueras pasaba por incrementar el gasto a través de la Ley de Estabilidad Presupuestaria para recuperar lo perdido con los recortes sociales decretados por los ejecutivos de Mas. De esta forma, tal y como reclama la CUP, se priorizaría el gasto social por delante de la reducción del déficit. También se destinarían a gastos sociales los impuestos recaudados a través de los nuevos tributos sobre los depósitos bancarios o las nucleares y que todavía deben ser aprobados por el Govern.
El Ejecutivo de Puigdemont también ofreció a la CUP la creación de un comité para realizar un seguimiento de la hoja de ruta hacia la independencia, según avanzó el diario Ara y confirmaron fuentes conocedoras de la negociación. De esta forma, la CUP habría podido verificar en primera línea los pasos para llegar a la desconexión.
A los últimos movimientos del Govern cabe sumar los guiños que el propio Junqueras arrancó con anterioridad a CDC para convencer a la CUP. Entre ellos, un gasto extra de más de 800 millones en gastos sociales o abrirse a negociar en el Parlament un aumento del IRPF para las grandes fortunas.
Nada, sin embargo, ha movido a un partido que no ha sucumbido a una campaña de presiones similar a la que fue sometido para mantener a Mas como president y que ahora deja en el aire una legislatura creada para llevar a Cataluña a las puertas de la independencia.
EL MUNDO – 08/06/16