EL CORREO – 14/06/14
· Los principales dirigentes apuestan por mantener la «neutralidad», aunque Pastor sí admite que «avalará» al diputado vizcaíno.
La presentación de Eduardo Madina como candidato a suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE ha sido acogida con grandes dosis de frialdad por parte de la dirección del PSE. Ninguno de sus principales dirigentes ha salido en apoyo explícito del diputado por Bizkaia y miembro de la ejecutiva vasca. El argumento oficial para evitar dar ese respaldo es que se quiere mantener la «neutralidad» y que un pronunciamiento claro hacia alguno de los candidatos supondría «una intromisión» en la voluntad de que sean lo militantes quienes elijan «en libertad» al futuro secretario general.
A la misma hora en la que Madina confirmaba ante el busto de Ramón Rubial en el Senado que competirá para ganar el congreso federal de julio, los principales dirigentes del PSE se encontraban en el Parlamento de Vitoria asistiendo al pleno de control al Gobierno vasco. Ninguno quiso confirmar que vaya a votar al que hace tres años fue cabeza de lista por Bizkaia al Congreso de los Diputados.
La mayoría de ellos optó por echar balones fuera. «Por ahora prefiero no hacer un pronunciamiento público», señaló Txarli Prieto. «No puedo decantarme por nadie al formar parte de la organización electoral del congreso», se excusó Rodolfo Ares. En una línea similar se manifestaron la práctica totalidad de los cargos consultados. Sólo José Antonio Pastor concedió que firmará el aval a favor de Madina, «como no podía ser de otra manera al ser un militante vizcaíno». Pero, seguidamente, añadió que no piensa hacer «ningún acto de apoyo explícito público a ningún candidato». Firmar el aval a un aspirante no significa que le vaya a votar.
El entorno de Patxi López ya ha trasladado que el exlehendakari tampoco piensa ofrecer un espaldarazo público a Madina al considerar que, como secretario general del PSE, debe mantener la «neutralidad». En este sentido, consideran que lo que hizo con Susana Díaz, a la que definió como una «solución extraordinaria» para relevar a Rubalcaba, no fue un «apoyo explícito», sino una simple reflexión de que la presidenta de la Junta podía ser una buena solución para cohesionar el partido en un momento en el que todavía no estaba claro quiénes serían los aspirantes.
Incógnitas
Los dirigentes del PSE sostienen, además, que deben esperar a ver qué plantean tanto Madina como Pedro Sánchez, el otro candidato con aspiraciones reales de ser el futuro secretario general del PSOE, durante la campaña de recogida de avales que concluirá a finales de mes. ¿Significa esta desafección que votarán a Sánchez? Es imposible saberlo. Lo que parece complicado es que algún cargo público del PSE respalde públicamente al diputado madrileño.
La sucesión de argumentos formales sirve como escudo para no pronunciarse sobre un candidato que en el aparato del PSE no acaba de convencer. Buena parte de los militantes y cargos internos se mueven en una dicotomía. Madina ha nacido en Bilbao, ha sido una referencia del partido durante los últimos años y supondría la primera vez que un afiliado del PSE alcanza la secretaría general del PSOE. También lo fue Joaquín Almunia entre 1997 y 2000, pero el actual comisario europeo nunca formó parte de las estructuras internas de los socialistas vascos y desarrolló la mayor parte de su carrera política en Madrid.
Madina, sin embargo, ha sido máximo responsable de las Juventudes del PSE, miembro de la ejecutiva y diputado por Bizkaia desde 2004. Mantiene contacto con las agrupaciones, visita periódicamente la capital vizcaína, cuenta con importantes apoyos entre los socialistas vascos y fue arropado tras el atentado que sufrió en 2002. «Eduardo es muy querido», afirman sus allegados.
Pero, sin embargo, un relevante sector del partido nunca le ha contemplado con buenos ojos por diversos motivos. Madina no ha participado de modo muy activo en la vida orgánica, rara vez acude a las ejecutivas de los socialistas vascos, muchos le ven distante, consideran que ha actuado con demasiado personalismo frenando la candidatura de López, que va por libre… Una sucesión de cuestiones que impiden que cuente con un respaldo cerrado en Euskadi y que a día de hoy no haya recibido un apoyo entusiasta por parte de sus compañeros. Algunos comparan lo que está sucediendo con Madina con lo vivido por Carme Chacón en el congreso de Sevilla de 2012 que finalmente ganó Rubalcaba. La política ahora residente en Miami nunca ha sido especialmente bien vista en buena parte del engranaje del PSC, pero en el cónclave de la capital andaluza recibió el apoyo cerrado de sus compañeros catalanes.
A pesar de este frío recibimiento, no se descarta que Madina empiece a encontrar más afecto entre sus compañeros a medida que pasen los días. Algunos cargos, sobre todo municipales y más alejados de las estructuras orgánicas, están sopesando realizar un movimiento a favor del diputado, aunque sería a título individual.
Por ahora, el aspirante ya ha hecho dos gestos con el PSE. El primero, anunciar su candidatura frente al busto de Ramón Rubial en el Senado. El político vizcaíno fue presidente del conjunto del PSOE, pero sobre todo es un símbolo para los socialistas vascos. El segundo guiño lo protagonizará hoy. Madina visitará su ciudad natal para dar una charla en su agrupación, la de Deusto. Será su primer contacto con las bases de Euskadi y el inicio de su campaña de recogida de avales entre los cerca de 5.000 militantes con que cuenta el PSE, la gran mayoría vizcaínos. Tiene que lograr 10.000 para que su candidatura sea oficial.
Frente a él, Pedro Sánchez. Es de Madrid, pero el diputado –apenas conocido hasta hace escasas fechas– también hará campaña en Euskadi.
EL CORREO – 14/06/14